a diputada por el Partido Acción Nacional (PAN), América Rangel, presentó una iniciativa de ley en el Congreso de la Ciudad de México que busca prohibir a menores de edad practicarse tratamientos de reafirmación de género, lo cual generó el rechazo de Diversidad CDMX, que pertenece a la Secretaría de Inclusión Social y Bienestar de la capital mexicana.
Al igual que las propuestas ultraconservadoras hechas por Donald Trump en febrero de este año, el PAN busca encarcelar a los médicos que realicen procedimientos de reasignación de género a menores de edad.
América Rangel señaló que su iniciativa tiene el objetivo de “proteger” a los niños y niñas de la “ideología de género”.
El Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, Juan Marco Vaggione, explica en su artículo “El entramado neoconservador en América Latina. La instrumentalización de la ideología de género en las democracias contemporáneas” que la lucha contra la “ideología de género” inicia como respuesta en contra del avance de los derechos sexuales y reproductivos en la década de los noventa.
“En la actualidad es una de las principales estrategias para movilizar valores morales tradicionales“, señala el autor.
Esta iniciativa fue catalogada como “alarmista, discriminatoria y violatoria de los derechos de la niñez” por Diversidad CDMX, que pertenece a la Secretaría de Inclusión Social y Bienestar de la capital mexicana.
En un hilo de Twitter, la cuenta institucional explicó que la iniciativa presupone que la niñez no merece el reconocimiento de su identidad de género, lo que limita a las y los menores de edad en su desarrollo.
“Se trata de una iniciativa basada en un discurso de odio transfóbico, que trivializa la identidad de género (elemento fundamental en el desarrollo y la libertad), que busca capitalizar el rechazo a los derechos de personas LGBTTTI+”, señaló.
La realidad del tratamiento de reafirmación de género en menores
La Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH por sus siglas en inglés) estableció pautas para el tratamiento de reasignación de género en menores de edad, las cuales han sido aceptadas por la comunidad científica y médica internacional.
En la guía titulada “Normas de atención para la salud de personas trans y con variabilidad de género”, la asociación explica que el tratamiento para menores de edad debe distinguir entre niños y niñas antes de la pubertad y jóvenes que ya entraron a esta.
“En la mayoría de los niños y niñas, la disforia de género desaparecerá antes o al comienzo de la pubertad. Sin embargo, en algunos niños y niñas, estos sentimientos se intensifican, y la aversión al cuerpo se desarrolla o aumenta a medida en que llegan a la adolescencia y sus características sexuales secundarias se desarrollan”, explica.
Por lo anterior, estipulan que la niñez prepuberta no tenga ninguna intervención médica, es decir que no se le suministren hormonas ni se les hagan cirugías. La asociación recomienda, en su lugar, brindar asesoría psicológica hasta que el menor entre a la pubertad.
Ya entrando en la adolescencia, los tratamientos médicos pueden iniciar bajo estrictos estándares clínicos y psicológicos. Algunos de los criterios para comenzar el proceso de reafirmación de género son:
El adolescente ha mostrado un interés de larga duración y patrones intensos de no conformidad con su género o disforia de género (ya sea explícitamente o de forma reprimida)
La disforia de género emergió o empeoró durante el inicio de la pubertad.
Cualquier problema psicológico, médico o social, que pudiera interferir con el tratamiento ha sido abordado, de tal forma que la situación del adolescente y su funcionamiento son lo suficientemente estables para iniciar el tratamiento.
El adolescente ha dado su consentimiento informado, y particularmente cuando el adolescente no ha alcanzado la edad legal de consentimiento médico, los padres, tutores legales o guardianes deben dar su consentimiento al tratamiento y están involucrados en apoyar al adolescente durante el proceso de tratamiento.
El manual también explica que existen tres tipos de tratamientos:
Intervenciones totalmente reversibles. Éstas implican el uso de análogos de GnRH para suprimir la producción de estrógeno o testosterona y, consecuentemente, retrasar los cambios físicos de la pubertad. Las opciones alternativas de tratamiento incluyen las progestinas (más comúnmente medroxiprogesterona) u otros medicamentos (por ejemplo, espironolactona), que disminuyen los efectos de los andrógenos secretados por los testículos de los adolescentes que no reciben análogos de GnRH. Anticonceptivos orales continuos (o de medroxiprogesterona) pueden ser usados para suprimir la menstruación.
Intervenciones parcialmente reversibles. Éstas incluyen la terapia hormonal para masculinizar o feminizar el cuerpo. Algunos de los cambios inducidos por las hormonas pueden necesitar cirugía reconstructiva para neutralizar el efecto (por ejemplo, ginecomastia causada por los estrógenos), mientras que otros cambios no son reversibles (por ejemplo, la profundización del tono de voz causada por la testosterona).
Intervenciones irreversibles. Son procedimientos quirúrgicos.