Becas en costosas universidades privadas: otro privilegio de la élite militar

09 junio 2023
Noticias de Yucatán. 

(Proceso).-  Además de duplicar su salario en viáticos pagados con el erario, los altos grados militares en el extranjero reciben una prestación generosa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Mediante la Unidad Ejecutora de Pagos para las Oficinas Superiores (UEPOS), la cual depende del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN), la institución cubre el pago de becas a sus hijos para estudiar en colegios y universidades privadas, incluyendo el muy exclusivo Instituto Cumbres o la Universidad Anáhuac, dos instituciones administradas por la congregación católica de los Legionarios de Cristo.

Así, en 2020, el general Julio César Moreno Mijangos, entonces agregado militar en Polonia, pidió el reembolso de los 19 mil pesos de la colegiatura de su hijo en el instituto Cumbres –cuya razón social es Asociación Técnico Cultural Garza Barragán, AC–, y dos años después lo tenía registrado en la Anáhuac por 26 mil 512 pesos mensuales, a cargo de la Sedena.

Otro ejemplo: el teniente coronel Carlos Jiménez Téllez, quien fungió como agregado militar en Egipto, tuvo a sus dos hijos en el Tec de Monterrey, y en marzo de 2019 envió un correo a la UEPOS con una serie de facturas que sumaron 180 mil pesos por el costo de las colegiaturas de sus dos hijos de enero a mayo de este año.

Este beneficio no está limitado a los agregados militares en el extranjero. La Sedena lo entrega a miles de sus mandos que pertenecen al EMDN. En abril de 2022 la Sedena gastó 39 millones de pesos en becas de educación media superior y otros 47 millones de pesos en educación superior para los hijos de cuatro mil 461 militares de alto rango, incluyendo 126 generales.

Entre gastos de inscripción y colegiaturas en instituciones privadas, la Sedena llegó a pagar becas de más de 170 mil pesos por alumno. En los archivos internos de la Sedena aparecen listas de pagos de que van desde dos mil hasta 82 mil pesos, destinados a los colegios privados de los hijos de los militares.

Preguntada al respecto, la Sedena respondió que la entrega de becas es una “prestación de seguridad social”, justificada por el hecho de que “el personal militar llega a laborar 24 horas al día y el promedio es de 275 días al año para el personal de unidades operativas, en tareas de seguridad nacional y apoyo a la seguridad pública”, y sostuvo que todos los militares, sin importar su grado, tienen derecho a gestionar una beca para “cubrir los gastos de inscripción y colegiatura en escuelas públicas y privadas del país”.

Compensaciones, primas de perseverancia, pagos de riesgo….

Dentro de la administración pública de México, los altos mandos militares gozan de condiciones muy privilegiadas. En 2022 existían 559 generales en el organigrama castrense, cuyos ingresos oscilaban entre 124 mil 498 pesos –para los generales de brigada– y 172 mil 383 pesos –para el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena–. Así, cada mes Sandoval ganaba el año pasado 32 mil 79 pesos, a los que se sumaban 140 mil 303 pesos de “compensación garantizada”.

Debajo de los generales se encuentran los seis mil 457 “jefes” –coroneles, tenientes coroneles y mayores–, cuyos ingresos mensuales oscilan entre 37 mil y 87 mil pesos, y en el último rango jerárquico, antes de la “tropa”, figuran los 35 mil 353 “oficiales” –capitanes, tenientes y subtenientes–, quienes ganan entre siete y 31 mil pesos al mes.

Ello, sin contar los demás incentivos que reciben los mandos: los generales suelen ganar las mayores cuotas en las “primas de pago por riesgo”, en las “primas de perseverancia” –por años de servicios–, en la asignación de técnicos a su servicio y en los gastos de “alimentación de personas”, según indican decenas de documentos administrativos revisados por Proceso en la base de datos de Guacamaya.

En 2021 los generales ingresaban entre 30 mil (los generales brigadieres) y 46 mil pesos al mes (el general Cresencio) por el concepto de “pago de riesgo”, mientras que los mandos más bajos en la jerarquía –y, por ende, más cercanos a los combates armados en el país– recibían entre mil 900 y dos mil 560 pesos mensuales por este concepto. Los generales también podían cobrar cinco mil pesos adicionales por “actividades especiales en campo” y recibían 985 pesos en despensa.

Aparte, al interior de la Sedena existe un pequeño grupo de altos mandos, egresados todos de la Escuela Superior de Guerra, reunido en el Círculo de Oficiales del Estado Mayor, AC (COEMAC), una organización controlada administrativamente por el jefe de la Sección 2 del EMDN –la sección de inteligencia, que controla entre otros el Centro Militar de Inteligencia (CMI) y el spyware Pegasus–, y creada en 1989 que otorga a los diplomados del Estado Mayor una ayuda económica para gastos funerarios.

En ella se encuentran todos los generales en activo o retirados, incluyendo los extitulares de la Sedena, como Guillermo Galván Galván, quien encabezó la institución durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, o Salvador Cienfuegos Zepeda, el polémico general de Enrique Peña Nieto, así como el general Sandoval.

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