A pesar de que en su más reciente encuentro con los medios de comunicación, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, prometió a través de Omar Monroy, titular de la Unidad de Administración y Finanzas, que los pagos a los prestadores de servicios quedarían cubiertos el viernes pasado, esto no fue del todo cierto.
El problema no es nuevo y quienes padecen el Capítulo 3000 llevan varios meses quejándose de los largos retrasos en los pagos, a través de Twitter o pidiendo guardar el anonimato, por miedo a alguna represalia. En varias áreas de la Secretaría de Cultura, es verdad, ya se las pagó, pero hay un par a las que se les extendió la promesa, diciéndoles que no les fallarían antes de que acabe el año. Mientras tanto, habrá una Navidad no tan dulce para quienes seguro sobreviven con ahorros, deudas o extendiendo lo poco que les queda.
Ellos no tienen la culpa de la austeridad republicana ni del último año de gobierno. Y tal parece que los están orillando a decir que trabajan, casi literalmente, por amor al arte.