El magistrado Felipe de la Mata Pizaña rechazó la propuesta de llevar a los jueces a las urnas para que sean electos por voto popular, pues consideró que esto pone en riesgo la independencia, los convierte en políticos y valdrán más las consideraciones políticas que los méritos.
Este fin de semana, al impartir la conferencia "Independencia judicial", como parte de las Brigadas Electorales organizadas por la Escuela Judicial Electoral, el magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe de la Mata Pizaña abordó propuestas de la iniciativa de reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una de las principales iniciativas de este bloque de reformas es nombrar a jueces, magistraturas y consejerías electorales a través del voto popular, lo que De la Mata Pizaña rechazó.
Como lo ha dicho en otras ocasiones, el magistrado sostuvo que llevarlos a las urnas implica convertirlos en políticos y vulnerar su independencia, clave en la división de poderes
"Nombramientos de jueces no debe ser una cuestión sometida a votación, pues existe el riesgo de que las consideraciones políticas prevalezcan sobre los méritos. Si un juez pierde su independencia, se convierte en político, eso es muy claro, lo dice el código iberoamericano sólo puede ser jurídica una resolución que ha sido emitida por un juez independiente, tan claro como eso", señaló.
"¿Qué es la independencia judicial? Es una actitud que deben tener los jueces. Una actitud de neutralidad frente a las partes, frente a los órganos de gobierno diferentes al Poder Judicial. Leonel Castillo, quien fue presidente del Tribunal Electoral, decía que no hay presiones, sino presionados. Las presiones más grandes pueden venir y puedes dejarlas pasar. El tema no es que te presionen. El problema real es que tú te sientas presionado ¿No? Y eso es lo que tú debes tener claro”, agregó.
En un comunicado de este domingo, el TEPJF destacó que para el magistrado la clave es garantizar la división de poderes
"Si no hay independencia judicial, no hay división de poderes. Si no hay división de poderes, no puede hablarse en los hechos realmente de una Constitución. En los hechos dejaría de ser un Estado constitucional para convertirse en un Estado, por utilizar palabras filosóficas antiguas, tiránico, dictatorial, en términos modernos", dijo.
“Un país donde no exista independencia judicial, no puede llamarse democrático, tan claro como eso. Esos son los estándares internacionales, los principios básicos también de la independencia judicial de la ONU”, destacó.
El magistrado también destacó que este tipo de reformas, que afecta la independencia, implica presiones en el ejercicio de los jueces.
"No deben ser sometidas a votación, pues existe el riesgo de que las consideraciones políticas prevalezcan sobre los méritos. De otra manera van a vivir siempre con una pistola en la sien, diciéndoles: ¡Si no haces lo que yo te digo, te reformo!, los jueces deben tener, por ejemplo, inmunidad judicial, no necesariamente fuero, pero sí inmunidad judicial”, finalizó.