Alrededor de mil migrantes subieron el miércoles al tren de carga en la ciudad de Chihuahua y llegaron este jueves a Ciudad Juárez en su intento de cruzar a los Estados Unidos.
Por semana es la misma historia, la diferencia en esta ocasión es que ahora traen enormes piedras, palos, garrotes y todo lo que les sirva para atacar a los agentes del Instituto Nacional de Migración o a quien intente frustrar su sueño americano.
Se han tornado más desconfiados y esta vez muy agresivos, ya que para ellos todo y todos son barreras o muros que les impiden llegar a la frontera.
Igual las autoridades se han tornado más cautelosas y esto les ha impedido realizar su labor constitucional, pues además de ser agredidos, son acusados y señalados de violar los derechos humanos universales.
Este jueves los migrantes bajaron del tren en el desierto de Samalayuca, unos 50 kilómetros antes de llegar a la frontera de Ciudad Juárez con El Paso, Texas, y traían en sus manos piedras y palos entre lo más visible.
Agentes del INM, de la Guardia Nacional y de la policía local de Chihuahua, los han escoltado solamente, para evitar cualquier conflicto o ataque.