El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, sostuvo que su compañero, el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, fue objeto de tortura y sus captores lo drogaron, pues presenta moretones y todavía no se recupera de la sustancia que le administraron.
Monseñor González Hernández sostuvo que los representantes de la iglesia piden a través de sus oraciones por la recuperación del obispo emérito.
Destacó que la información que tienen sobre el hecho todavía es muy escueta, pues solo se sabe que lo encontraron en el Hospital General de Cuernavaca, “muy enfermo” y de ahí lo trasladaron hacia otras instalaciones, donde todavía no se recupera.
Derivado del documento emitido la jornada del domingo, González refiere que la postura de los obispos es uniforme en el sentido de que no se puede denigrar a nadie, porque al exhibir a las personas, como ha sucedido en el caso de Rangel, se vulneran severamente los derechos humanos.
“Nosotros lo reprobamos de parte de quien sea”, anotó.
La petición de la iglesia hacia los tres niveles de gobierno, dijo, va en el sentido de que el caso se esclarezca cuanto antes.
Admitió que ya dialogó con Salvador Rangel, aunque de manera muy breve por las condiciones en que se encuentra.
“El está muy enfermo, todavía no puede hablar mucho, pero se están esperando los resultados de las investigaciones”, aseguró.
Dijo que Rangel está dispuesto a declarar sobre lo que recuerda, pero todavía se encuentra muy delicado de salud.
Recuerda que varias ocasiones Salvador Rangel Mendoza declaró ante los medios de comunicación que estaba amenazado, pero también señaló que no tenía miedo.
Por las condiciones de salud que enfrenta, pero además por el escarnio a que se le ha sometido, dijo que al obispo emérito “ahora sí lo amolaron”.
No descartó la posibilidad de que haya un trasfondo y que este sea la venganza, pues refiere que a su compañero “trataron de desaparecerlo del mapa”.
Y sostuvo que “tiene golpes en el cuerpo, moretones, como que fue torturado y le han de haber puesto sustancias muy fuertes, ya que todavía no se repone”.
La actitud de la iglesia, destacó, es no generar conjeturas y esperar a que culminen las investigaciones por parte de las autoridades correspondientes.