En un escenario marcado por la violencia en Acapulco, Guerrero, una maestra de preescolar ha tomado una medida innovadora para enseñar a sus pequeños alumnos a protegerse en caso de una balacera.
¿Quién es la maestra?
Aurora Soto, maestra en el preescolar Miguel Hidalgo y Costilla, creó una canción para que los niños sepan cómo actuar si se enfrentan a una situación de peligro. Este esfuerzo surgió de la necesidad de adaptar los protocolos de seguridad escolar a una realidad cada vez más violenta.
La canción, que se ha convertido en una herramienta didáctica esencial, dice:
“Si de repente escucho uno o más disparos entonces, ¿qué hago? Conservo la calma, busco un lugar que sea seguro, me voy al piso, en pecho tierra y no me muevo, y no me asusto y no me asomo, hasta escuchar seguros todos estamos ya”.
La creación de esta canción y la implementación de simulacros de balaceras en las escuelas son respuestas a una problemática mucho más grande: la inseguridad que afecta a México ha obligado a los docentes a ir más allá de sus responsabilidades académicas.
Niños de Acapulco enfrentan la violencia con consciencia
A través de las entrevistas realizadas por la reportera Pilar Téllez en el noticiero de Nacho Lozano, los niños compartieron lo que han aprendido con la canción. Frases como “las balas nos pueden matar” y “si escuchan balazos hay que tirarse al piso y buscar refugio” reflejan cómo, a pesar de su corta edad, los niños entienden la gravedad de la situación y están conscientes de los peligros que los rodean.
Uno de los comentarios más impactantes provino de una pequeña que dijo: “Ya no hay que salir porque luego nos van a matar”. Estas palabras, cargadas de temor, dejan en evidencia la realidad que estos niños viven a diario en una ciudad que, tristemente, está entre las 50 más violentas del mundo.
La maestra y su compromiso con los niños
Aurora Soto, quien ha trabajado durante años en el sistema educativo, decidió crear esta canción al observar que los protocolos de seguridad escolar, aunque importantes, no estaban del todo adaptados a la realidad de sus estudiantes.
“Ya llevamos una semana trabajando con los niños, pero hagan de cuenta que es un tema que ellos ya tienen a flor de piel porque es lo que viven, es su problemática y es su realidad”, mencionó la maestra en la misma entrevista.
El puerto de Acapulco, que ha sido escenario de múltiples hechos violentos en los últimos años, ha obligado a docentes como Aurora a idear maneras de proteger no solo físicamente, sino también emocionalmente a los niños.
Para ella, enseñar a los pequeños a resguardarse en una situación de balacera es tan importante como enseñarles a leer o escribir. “Nosotros tenemos en nuestras manos el compromiso de formar ciudadanos y apoyarlos en su desarrollo integral”, declaró la maestra.
La importancia de los simulacros contra balaceras
El simulacro para balaceras no solo se ha implementado en el salón de clases, sino que también ha involucrado a padres y madres de familia.
“Nos deja una gran enseñanza para los niños porque se están dando muchas situaciones por todos lados, ya sea en las colonias o hasta en las escuelas”, comentó una madre de familia.
El objetivo es que los pequeños no solo sepan qué hacer en la escuela, sino que también puedan reaccionar adecuadamente si se encuentran en otro lugar, como en su casa o en la calle.
Los padres han reconocido la importancia de este tipo de ejercicios y han mostrado su apoyo a la maestra Aurora por tomar la iniciativa de preparar a sus hijos para estas situaciones.
Los niños piden: "No más balas"
Uno de los aspectos más conmovedores de este proyecto es que ha dado a los niños una plataforma para expresar sus propios miedos y deseos. Los pequeños, junto a sus padres y la maestra Aurora, organizaron una caminata en forma de protesta en la que pegaron cartulinas con mensajes como “No más balas” y “No más disparos al aire” en distintas zonas de la comunidad.
A pesar de la gravedad del tema, la maestra ha encontrado apoyo en la comunidad y hasta el momento no ha recibido amenazas. “Afortunadamente, como es la voz de los niños la que está hablando, no hemos recibido ningún tipo de amenaza o advertencia”, agregó Aurora.
Con estas acciones, los pequeños y sus familias expresaron su rechazo a la violencia que los rodea, pues solo buscan sentirse seguros en su comunidad.
El proyecto de Aurora Soto no solo es una iniciativa educativa, sino también un grito de ayuda y un llamado a la reflexión sobre la violencia. Esta canción, aunque sencilla, tiene un gran impacto en la vida de estos pequeños, y les da las herramientas para sobrevivir en un entorno que debería estar lejos de sus preocupaciones.