Hoy, 16 de abril, la Iglesia Católica conmemora a Santa Engracia, una virgen y mártir que sufrió persecución bajo el mandato del emperador Diocleciano. Nacida en Portugal, fue enviada a Francia para casarse, pero en el camino fue apresada por ser cristiana. Su valentía la llevó a interceder por otros creyentes antes de ser encarcelada y torturada.
A pesar de los castigos brutales, Santa Engracia se mantuvo firme en su fe. Sus restos mortales aún se conservan en la Basílica de Santa Engracia en Zaragoza, España. Su historia es un recordatorio de la resistencia y el sacrificio de quienes defendieron sus creencias en tiempos difíciles.