Los científicos no dejan de asombrarse por los hábitos y manías que todos tenemos. Por ejemplo, ¿sabías que olvidamos lo que íbamos a hacer al entrar en una habitación porque nuestra memoria está diseñada para resetearse cuando cruzamos umbrales? Este fenómeno es conocido como "efecto de umbral".
Otro dato curioso es que los bostezos, más allá de ser contagiosos, tienen una función biológica: enfrían el cerebro. Sí, el acto de bostezar nos ayuda a mantener la temperatura óptima de nuestra materia gris. Además, investigaciones han demostrado que reír no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece el sistema inmunológico.
Desde extraños hábitos hasta reacciones aparentemente inexplicables, nuestro comportamiento tiene profundas raíces científicas que, además de fascinantes, nos conectan con nuestra evolución como especie.
