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Los conductos utilizados para suministrar oxígeno o quimioterapia en áreas de terapia intensiva, salas de cirugía o cuneros en hospitales públicos y privados en México están saturadas de gases medicinales en 93 por ciento.Si eso se combina con suciedad, óxido, carbón, grasa, residuos de cobre y diversas bacterias nocivas, la salud del paciente puede agravarse hasta la muerte. Lorena Reyes Pérez, directora general de Kramver de México — empresa de servicio de inspección y verificación los sistemas de gases médicos—, explicó que en el país las autoridades sanitarias se han dado a la tarea de efectuar cambios en sus sistemas para evitar complicaciones y disminuir los riesgos de contagios intrahospitalarios. La Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA3-2012 establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada. De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se cuenta con el “Manual de buenas prácticas en el manejo de gases medicinales y sus instalaciones”, para tener áreas médicas seguras, ya que hay evidencia de que existen hospitales y clínicas con fuentes alternas en mal o regular estado por falta de recursos, sin dejar de reconocer que algunas están bien. La norma plantea criterios técnicos y acciones para hacer eficiente el manejo de los gases en los hospitales y reducir al mínimo el riesgo de accidentes durante el proceso de recepción, uso y suministro de éstos a los pacientes. No obstante, por falta de presupuesto, este proceso se ha dado de manera lenta. “En los sistemas de gases medicinales no hay información y se debe mejorar el diseño para fortalecer a las unidades médicas y que estás sean más seguras”, se señala en una respuesta por parte de la Cofepris. Se detectó, de acuerdo con Reyes Pérez, que los gases medicinales se filtran por las tomas por donde las personas reciben terapias de ventilación y respiración, así como óxido nitroso usado como analgésico y anestesia en cirugías. “En un paciente que entra a un hospital y se le coloca una mascarilla para poder recibir oxígeno y superar una crisis de neumonía, suele empeorar su estado de salud, inclusive, permanecer más tiempo en el hospital porque lo que recibe son sustancias tóxicas capaces de provocarle hasta la muerte. “En los dictámenes solo pondrán infarto, que el bebé no sobrevivió o que la persona con cáncer tuvo mayor activación del tumor”, señaló. En un hospital público de San Luis Potosí, dijo, se aplicó un protocolo estricto: se colocó a un supuesto paciente con oxígeno y las gasas colocadas captaron todas las sustancias nocivas por lo que las autoridades sanitarias optaron por empezar a limpiar y modificar los conductos de suministros de ventilación. En la actualidad, dijo, se está en contacto con unidades como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. En México, detalló, hay dos hospitales certificados, bajo las normas internacionales, el Naval y el municipal de Lerma, del Instituto de Salud del Estado de México. “Ya trabajamos en ese proceso de verificación y certificación de hospitales libre de gases medicinales en Chiapas, vamos por los institutos del Seguro Social, Issste y los nacionales”. Añadió que con la limpieza de sus ductos se reduce en más de 50 por ciento la hospitalización, es decir, quedan libres más camas y se invierte 43 por ciento menos en gastos de mantenimiento. “Los gases medicinales también pueden producir explosiones, son altamente inflamables, sobre todo cuando entra en contacto oxígeno o el ácido nitroso con grasas causa reacciones explosivas”, dijo. En México se carece de estadísticas de mortalidad por contacto con este tipo de tóxicos; sin embargo, en Canadá y EU, donde ya está regularizado el control de gases medicinales, se empezaron a reportar mil muertes, en ambas naciones, asociadas al suministro de sustancias tóxicas. “Se da en operaciones críticas y de alto riesgo, cuando fueron inyectados o les colocaron oxígeno; las autoridades reconocieron que los decesos se debieron a que respiraron nitrógeno causando que los pulmones se inflaran, propiciando un infarto”, concluyó Reyes Pérez.
Los conductos utilizados para suministrar oxígeno o quimioterapia en áreas de terapia intensiva, salas de cirugía o cuneros en hospitales públicos y privados en México están saturadas de gases medicinales en 93 por ciento.Si eso se combina con suciedad, óxido, carbón, grasa, residuos de cobre y diversas bacterias nocivas, la salud del paciente puede agravarse hasta la muerte. Lorena Reyes Pérez, directora general de Kramver de México — empresa de servicio de inspección y verificación los sistemas de gases médicos—, explicó que en el país las autoridades sanitarias se han dado a la tarea de efectuar cambios en sus sistemas para evitar complicaciones y disminuir los riesgos de contagios intrahospitalarios. La Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA3-2012 establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada. De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se cuenta con el “Manual de buenas prácticas en el manejo de gases medicinales y sus instalaciones”, para tener áreas médicas seguras, ya que hay evidencia de que existen hospitales y clínicas con fuentes alternas en mal o regular estado por falta de recursos, sin dejar de reconocer que algunas están bien. La norma plantea criterios técnicos y acciones para hacer eficiente el manejo de los gases en los hospitales y reducir al mínimo el riesgo de accidentes durante el proceso de recepción, uso y suministro de éstos a los pacientes. No obstante, por falta de presupuesto, este proceso se ha dado de manera lenta. “En los sistemas de gases medicinales no hay información y se debe mejorar el diseño para fortalecer a las unidades médicas y que estás sean más seguras”, se señala en una respuesta por parte de la Cofepris. Se detectó, de acuerdo con Reyes Pérez, que los gases medicinales se filtran por las tomas por donde las personas reciben terapias de ventilación y respiración, así como óxido nitroso usado como analgésico y anestesia en cirugías. “En un paciente que entra a un hospital y se le coloca una mascarilla para poder recibir oxígeno y superar una crisis de neumonía, suele empeorar su estado de salud, inclusive, permanecer más tiempo en el hospital porque lo que recibe son sustancias tóxicas capaces de provocarle hasta la muerte. “En los dictámenes solo pondrán infarto, que el bebé no sobrevivió o que la persona con cáncer tuvo mayor activación del tumor”, señaló. En un hospital público de San Luis Potosí, dijo, se aplicó un protocolo estricto: se colocó a un supuesto paciente con oxígeno y las gasas colocadas captaron todas las sustancias nocivas por lo que las autoridades sanitarias optaron por empezar a limpiar y modificar los conductos de suministros de ventilación. En la actualidad, dijo, se está en contacto con unidades como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. En México, detalló, hay dos hospitales certificados, bajo las normas internacionales, el Naval y el municipal de Lerma, del Instituto de Salud del Estado de México. “Ya trabajamos en ese proceso de verificación y certificación de hospitales libre de gases medicinales en Chiapas, vamos por los institutos del Seguro Social, Issste y los nacionales”. Añadió que con la limpieza de sus ductos se reduce en más de 50 por ciento la hospitalización, es decir, quedan libres más camas y se invierte 43 por ciento menos en gastos de mantenimiento. “Los gases medicinales también pueden producir explosiones, son altamente inflamables, sobre todo cuando entra en contacto oxígeno o el ácido nitroso con grasas causa reacciones explosivas”, dijo. En México se carece de estadísticas de mortalidad por contacto con este tipo de tóxicos; sin embargo, en Canadá y EU, donde ya está regularizado el control de gases medicinales, se empezaron a reportar mil muertes, en ambas naciones, asociadas al suministro de sustancias tóxicas. “Se da en operaciones críticas y de alto riesgo, cuando fueron inyectados o les colocaron oxígeno; las autoridades reconocieron que los decesos se debieron a que respiraron nitrógeno causando que los pulmones se inflaran, propiciando un infarto”, concluyó Reyes Pérez.
Fuente: Milenio