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La Policía Federal “ha sido un actor fundamental para la transición democrática, para que haya paz en México”, asegura Manelich Castilla Craviotto, comisionado general de la corporación.
Durante este sexenio que está llegando a su fin, la agrupación vivió “las reformas estructurales en las calles” y evitó una crisis social en el país, considera el mando en entrevista con EL UNIVERSAL.
Sobre la reorganización de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) que planteó Alfonso Durazo, propuesto para liderar la Secretaría de Seguridad Pública en el próximo gobierno federal, dice que son una instancia disciplinada que trabaja bajo la directriz del mando en turno.
En el marco del 90 aniversario de la institución, Castilla Craviotto pone sobre la mesa para su análisis los resultados alcanzados por la corporación en esta administración, a la que califica de “compleja” y “difícil” en materia de seguridad.
Aunque no demerita las capturas de importantes capos comoJoaquín El Chapo Guzmán y Servando Gómez La Tuta, a quien culpa de la mayoría de las bajas que ha sufrido la policía, el comisionado afirma que el mayor logro de la institución en estos seis años es la confianza alcanzada entre la ciudadanía, que llega a niveles de 70%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Comenta que en los casos Apatzingán, Tanhuato y Nochixtlán, donde la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) acusó violaciones a garantías, han colaborado para el esclarecimiento de los hechos.
En lo que respecta a Nochixtlán detalla: “Tenemos policías que están en el mecanismo de atención a víctimas, por las heridas que sufrieron, hechos que no tuvieron que haber sucedido jamás, gente que perdió dedos, que se vio afectada de manera irreversible en su salud y que se reconoció que ninguno de los lamentables fallecimientos de ese día fue por balas de la Policía Federal”.
A los críticos de la actuación de sus elementos, el comisionado les responde que la policía “no está tras el aplauso fácil, sabemos, a mí que me gusta el futbol americano, que la yarda se gana y para que alguien te reconozca una buena jugada tienes que ganarte esa yarda con trabajo”.
No interrumpe su misión
El nuevo gobierno federal plantea la desaparición de la Comisión Nacional de Seguridad, ¿qué opina al respecto?
—Nosotros somos una instancia disciplinada, estaremos siempre trabajando bajo la directriz del mando. La Policía Federal no interrumpe su misión, tiene un objetivo único y su ámbito de pertenencia no afecta lo que es su misión principal.
Somos muy respetuosos de la misiones, no hay mejor estrategia que la que está en curso, ninguna se diseña para fracasar, entonces estaremos pendientes, seguiremos trabajando y estaremos siempre alertas de cómo se aterrice la propuesta, no creo que sea un obstáculo para la corporación.
¿Cómo llega la Policía Federal a su 90 aniversario?
—Llegamos como la instancia civil más confiable en materia de seguridad, estamos evaluados por el Inegi en confianza, únicamente por debajo de nuestras Fuerzas Armadas, lo cual es un dato muy importante.
Hemos alcanzado niveles de aceptación que han llegado a casi 70%, medido en las encuestas que realiza el Inegi.
Llegamos con una corporación que creció en capacidades, con la inclusión de la División de Gendarmería, que se ha perfeccionado y es referente en materia de cibercriminalidad, somos una institución reconocida por el combate al secuestro, tenemos grandes logros en materia de protección civil. Somos una policía consolidada y desde luego con muchos desafíos todavía por enfrentar.
¿Cómo define la actuación de la corporación?
—Ha sido una participación activa, histórica en función de los hechos que le tocó enfrentar, recordemos cómo estaba la Policía Federal en la administración anterior, cuál era su agenda temática y operativa.
Llegamos en un momento en el que la Policía Federal jugó un papel fundamental en la construcción de la vida democrática del país.
Basta recordar que estos años a la policía le ha correspondido vivir las reformas estructurales en las calles, que hemos estado desde el primer día haciendo nuestro mejor esfuerzo.
Tenemos eventos emblemáticos de esta administración, un ejemplo es la liberación de la autopista de El Sol, como todo lo que se hizo en el acompañamiento a los bloqueos carreteros que pusieron en crisis los suministros al sureste de nuestro país.
Actor fundamental para la paz
¿El mayor logro de la Policía Federal es la desarticulación de Los Caballeros Templarios?
—El mayor logro es haber crecido con eficacia, porque de nada sirven las grandes detenciones y los grandes operativos de la policía si la gente no incrementa su confianza en las instituciones y me parece que el mayor logro es ese, porque cuando crece la confianza crecen las denuncias y hay más posibilidades de abatir la impunidad.
Más allá de los grandes logros operativos, que sin duda alguna tenemos casos como en La Laguna, el desmantelamiento del grupo que operaba en Michoacán [Los Caballeros Templarios], la recaptura de un capo de Sinaloa [Joaquín El Chapo Guzmán], la confianza es el mayor logro.
¿Con el rechazo a las reformas estructurales en las calles, la Policía Federal evitó una crisis social?
—Sin duda alguna, no sólo eso, sino lo que hizo para garantizar que las carreteras no vieran interrumpido el flujo de mercancías de bienes y servicios que se afectaron por días, incluso por semanas, como fue el caso de Oaxaca en el tema del conflicto magisterial, puesto que se logró resistir la crítica, la presión inherente a lo complejo que fue ese operativo que derivó en hechos que todos conocemos, pero que traía tras de sí decenas de acciones previas que lograron normalizar la vida productiva del sureste de nuestro país.
No han sido temas menores, lo mismo con los movimientos que se iniciaron contra el aumento de los combustibles que pusieron en problemas las redes carreteras e instalaciones estratégicas, logramos salir adelante y es muy importante recalcarlo con respecto a los derechos humanos.
Respuesta ante las críticas
En los casos de Nochixtlán, Tanhuato, Apatzingán, donde se generaron recomendaciones de la CNDH, ¿qué diría a los críticos?
—Es necesario abrir todos los caminos, todas las metodologías que lleven a un conocimiento profundo de la verdad, que para poderse explicar estos fenómenos o estas circunstancias no basta con las fuentes abiertas.
Nosotros hemos estado abiertos a que se investigue, hemos sido colaboradores de las comisiones de derechos humanos estatales y de la nacional, ni qué decir de la Procuraduría General de la República (PGR), hemos sido quienes hemos abierto las puertas para que se revise la actuación, se ha sancionado a quien no haya cumplido con su deber.
Por ejemplo, en el caso de Nochixtlán hay que decir que también tenemos policías que están en el mecanismo de atención a víctimas por las heridas que sufrieron, heridas que no tuvieron que haber sucedido jamás, heridos de bala, gente que perdió dedos, que se vio afectada de manera irreversible en su salud y que se reconoció que ninguno de los lamentables fallecimientos de ese día vinieron por balas de la Policía Federal.
En el expediente no existe ninguna vinculación con un homicidio atribuible a la Policía Federal.
En todos los demás casos se ha abierto todo lo que hay que abrir para que se conozca la verdad.
¿No hubo una actuación más allá de lo que la ley permite en estos casos?
—Cada caso tiene su complejidad. Hay situaciones cuyo saldo final es muy difícil de explicar mediáticamente, hay circunstancias en el campo operativo que se vuelven difíciles, pero que apostamos a que sean las instancias correspondientes las que determinen con responsabilidad qué pasó, si en ello hay responsabilidades seremos los primeros en promover que se cumplan.
Hablando de confianza es lo que queremos, que se castigue a quien actuó indebidamente, pero que se reconozca la complejidad del trabajo operativo y que con la misma severidad con la que se juzga lo que sale mal, sea reconocido lo que sale bien.
¿El estado de fuerza de la policía es suficiente para continuar con el combate al crimen organizado?
—Necesitamos crecer sin duda alguna, pero algo más importante es que necesitamos que crezcan las capacidades en los estados y municipios.
Si no tenemos policías fuertes en provincia de nada serviría crecer en el estado de fuerza policial, necesitamos que se retome el Mando Único, que se revise, no puede ser una bandera política.
Sí, hay que crecer, me he pronunciado y lo seguiré haciendo por crecer ordenadamente, incrementar el estado de fuerza únicamente por cumplir con estándares que tampoco están muy precisos, cada país, cada situación es distinta. Prefiero crecer en perfiles, porque un buen policía, con formación correcta, con liderazgo, con conocimiento de su entorno, hace un trabajo que podrían hacer 20 oficiales.
¿Se abandonó a la corporación?
—No, tan es así que la continuidad del cuerpo de la policía está ahí. Sí, se ha exigido al elemento humano más allá del deber, claro, los turnos a veces en la policía rompen cualquier lógica y por supuesto que hay un sacrificio adicional.
Claro que ha sido complicado, claro que existen problemas, claro que sí los hay, pero tan no hay abandono que el policía está fuerte y está trabajando.
No hay duda de que el elemento humano ha respondido y sería deseable que no se repitan episodios como los desalojos de hoteles, pero hay que revisar también si todo está en la cancha del Policía Federal.
¿Cómo conciliar los avances que remarca con las posturas de que la estrategia de este gobierno en materia de seguridad fue un fracaso?
—Hay organizaciones de la sociedad civil que han dejado a un lado la propuesta y han pasado al decreto, lo peor que le puede pasar a una organización de la sociedad civil es quedarse con una sola visión, por lo regular unipersonal, que no representa el sentir de toda la organización y no hacerse de los elementos necesarios para contrastar su propia visión.
Nosotros no estamos tras el aplauso fácil, sabemos, a mí que me ha gustado el futbol americano, que la yarda se gana y para que alguien te reconozca una buena jugada tienes que ganarte esa yarda con trabajo, dejar testimonio.
¿Qué región se les dificultó en términos operativos?
—En lo personal me marcó mucho el despliegue en Guerrero para la búsqueda de los 43 muchachos de Ayotzinapa, pero me llenó de satisfacción el caso de Tierra Blanca [Veracruz], a pesar de ser un momento doloroso, fue una situación que nos acercó con los padres, que nos permitió resolver un tema que parecía diseñado para no resolverse nunca.