Michel Wabi Mdáhuar no sólo usó facturas de sus propias empresas, por servicios que nunca se prestaron, para desviar, en su provecho, un millonario apoyo del Conacyt, sino también habría comprado, con el mismo propósito, ese mismo tipo de facturas en compañías de Nuevo León y Yucatán. Como hemos informado, las empresas Tejidos de Punto Wabi, Coco Frío e Integradora de Yucatán, propiedad de Wabi, fueron incluidas en 2010 en el Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación del Estado de Yucatán, que maneja fondos del Conacyt. Esas empresas debían aportar $14.792,731 al Programa y $12.046,963 el Conacyt, para un total bipartita de $26.839,694.Gastos
Sin embargo, según una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), a la que Central 9 tuvo acceso, el 65% de los gastos de esos $26.839,694 se comprobaron con facturas por servicios que nunca se prestaron, emitidas por compañías de Wabi Mdáhuar, o allegados a él, como Comercializadora Wado, Hilos y Trenzados Finos y el "comisionista" José Manuel Martínez Mdáhuar. Apenas el 6% de esos gastos se comprobaron con facturas reales y el 29% restante, según un informe preliminar de la ASF, con facturas de otras empresas por servicios que nunca se prestaron o con facturas falsas.Lebeo
Un caso que llama la atención de los investigadores es el de las facturas emitidas por un monto de $3.8 millones, por el Grupo Lebeo, de Nuevo León. a través de dos de sus empresas: Lebeo Industries, con domicilio en Puerto Progreso No. 253, colonia La Fe, en San Nicolás de la Garza, que facturó $1.647,742 a las empresas de Wabi, por conceto de honorarios profesionales de trabajos realizados en el "programa de estímulos a la innovación 2010". Al parecer, esta compañía no funciona como tal -en sus teléfonos 1090-9335 y 36, nadie responde- aunque tiene actividad fiscal.
La otra empresa es el Centro de Investigación Aplicada para el Agua y Energías Aternativas, ubicada en Gómez Morín Sur No. 955-301, San Pedro Garza García, que facturó $2.158,000, mediante las facturas 0150 y 0151, a Coco Frío por concepto de asesorías "en el seguimiento, control y pruebas de procesos de los trabajos realizados en la fase piloto del proyecto diseño y desarrollo de un prototipo circular tipo jet en el proceso del tejido de punto, acabado y tintura de la tela"; y a Tejidos de Punto Wabi, por servicios de asesoría para desarrollar su equipo de hilo de hamaca.
Según la ASF no hay pruebas documentales de que esas asesorías se hayan prestado efectivamente.
Aparentemente Lebeo Industries pertenece a Lebeo y Asociados, que presuntamente aglutina a compañías dedicadas al desarrollo de tecnología, inversiones, finanzas y economía, con domicilio en Batallón de San Patricio 109, despacho 705, de San Pedro Garza García, también en Nuevo León y con teléfono 8363 00 43, que, empero, corresponde al teléfono de una casa particular.
Como director de estas empresas aparece Gerardo Turrubiate Marín, quien actualmente radicaría en Estados Unidos, según algunas versiones conocidas por la ASF. Curiosamente, esta persona fungió como director del Fideicomiso para la Innovación y la Modernización Tecnológica del Conacyt en 1997, el organismo que desde entonces maneja precisamente el programa que benefició a las empresas de Wabi.
Hay indicios para sospechar que Turrubiate Marín, quien recibió $2.4 millones en 2008 de ese programa para un equipo de purificación de agua y $4.4 millones en 2011, por "otro proyecto de innovación", podría haber influido en la aprobación de los apoyos del Conacyt a las empresas de Wabi.
Dudas
Más sospechosa aún es la facturación emitida por el Centro Universitario México Valle, de Monterrey, a nombre de Tejidos de Punto Wabi, el 21 de septiembre de 2010, por $1.391,545, por concepto de asesoría y seguimiento del proyecto de "implementación de un equipo prototipo de extrusor y cableador de torsión de multifilamento de polipropileno...". De acuerdo con las investigaciones, esta institución, sin antecedentes en la asesoría industrial, se especializa en ofrecer estudios de preparatoria y profesionales, en corto tiempo y por internet. Imparte la carrera de ingeniería industrial, por ejemplo, en dos años y ocho meses...
Según la ASF, hay la sospecha de que esa institución nunca prestó esos servicios y sólo vendió la factura, o Wabi falsificó el documento que tiene el número 132,303.
En el mismo caso se encontraría la empresa Datel Comercializadora de México, ubicada en la calle 16, número 198 por 19 y 21, de la colonia México Oriente, en Mérida, que facturó $1.749,396 a Tejidos de Punto Wabi por asesorías y "servicio especializado de ingeniería en incorporación estructural y de componentes" y capacitación "de operación para la integración al proceso de extrución y torcido", cuando la especialidad de esa empresa es la venta de conmutadores telefónicos y equipos de audio, vídeo e iluminación.
Datel Comercializadora igualmente facturó a Coco Frío $700,714, por trabajos de consultoría, de los que la ASF tampoco tiene evidencias. En total, la compañía habría entregado a las empresas de Wabi facturas por $2.450,110.
Software
También están en duda las facturas expedidas por Milka Mollinedo Pech, por $449,546, por la venta de equipo de cómputo, entre ellos un "software controlador del sistema de acabado con formulación de receta de químico para acabado de tela", con un precio de $160,000.
De acuerdo con las investigaciones, sólo una pequeña parte de los $26.8 millones que supuestamente se gastaron en los proyectos de innovación tecnológica de las tres empresas de Wabi Mdáhuar, se comprobó con facturas legales. Entre éstas figuran dos facturas emitidas por el Instituto Tecnológico de Mérida: la 4413907, del 13 de diciembre de 2010, por $328,000, a Tejidos de Punto, por su equipo de extrusión; y la 4413925, del 21 de diciembre, por $639,263, a Integradora de Yucatán por la instalación de una cámara de maduración de quesos.- Continuará.- HERNÁN CASARES CÁMARA