- Beatriz Zavala, una candidata que ratifica su compromiso con el ciudadano
- Su nieta, una de las mayores alegrías en la vida de la panista
La muerte de Mario, su hermano, en un accidente automovilístico, ha sido hasta hoy el más grande dolor que ha marcado la vida de Beatriz Zavala Peniche.
La candidata el PAN a la alcaldía no llora fácilmente, pero en este caso “ese llanto duró mucho”, aunque, dice, le enseñó a aceptar las cosas malas de la vida.
Más allá de la servidora pública, de la candidata a la alcaldía de la capital yucateca está una mujer profundamente enamorada... de su nieta Victoria, de siete meses, a quien espera con ansia en los próximos días.
La bebé llegará de la ciudad de México junto con sus padres, Javier Romero Zavala y Sofía Valenzuela Marín.
Beatriz y su esposo, Javier Romero Osorio, disfrutarán unos días a su nieta. La familia completa le acompañará hasta el día de las elecciones.
Beatriz es considerada una mujer “todoterreno”. Con una memoria privilegiada, que asombra a sus colaboradores, es proclive a los detalles. Recuerda los pendientes más sencillos sin necesidad de anotarlos, sabe horas, fechas, días y lugares con precisión.
En el trayecto a sus actividades de campaña responde entrevistas telefónicas y contesta preguntas que le hacen grupos de la sociedad civil. En pocas ocasiones tiene discursos por escrito... Tal vez sí cifras o porcentajes, desarrolla los temas con gran agilidad.
El ritmo de la campaña se mide en “twitts” por minuto, mensajes que contesta de un lugar a otro. También contesta a una serie de mensajes de Facebook. A veces su equipo de campaña tiene que hacerle parar. El miércoles 28 de abril, día en que la acompañó el Diario, acudió a una entrevista radiofónica muy temprano, volanteó en algunos paraderos del Centro Histórico, se reunió con vecinos del rumbo del Chembech, se reunió con sus colaboradores de campaña y acudió a un almuerzo privado. Por la tarde estuvo con estudiantes de la Universidad Marista, encabezó un festival infantil en la colonia Maya y posteriormente acudió a una reunión vecinal en el fraccionamiento Montecristo.
Decenas de apretones de mano, saludos, visitas casa por casa, reparto de volantes. Todos los días durante la campaña se programan encuentros con los ciudadanos, y aunque admite que a veces se cansa, Beatriz nunca ha pensado en abandonar el proyecto que más le emociona: Mérida. Acostumbrada a largas jornadas de trabajo, los días de campaña comienzan muy temprano. Dice que no tiene ningún ritual al despertar, sólo piensa positivamente en las actividades que debe realizar y desea que todo salga bien, especialmente para sus hijos Javier y Mario.
Lo mismo hace al cerrar los ojos para descansar.
Le caracteriza la disciplina. Desde hace varios años corre 30 minutos diariamente en zonas cercanas a su casa, pero ha tenido que suspender esta actividad por la campaña, sabe que no debe abusar de su cuerpo.
Duerme entre cinco y seis horas diarias... La campaña es una carrera contrarreloj. Cuando no asiste a un desayuno, bebe un jugo de naranja en casa con unas vitaminas y a media mañana algo ligero. Si el tiempo y las actividades lo permiten, come en la oficina con su equipo de campaña. Su favorita es la comida yucateca y tiene muy buen apetito.
En el desayuno del miércoles compartió una torta de cochinita con Gerardo Amaro, su chofer.
Recuerda con una sonrisa que se casó muy joven. A los 19 años nació su primer hijo: Javier.
Se remonta a su niñez con un brillo en los ojos. Era una niña muy estudiosa y dedicada, las travesuras eran de su hermana Vanessa.
“Era una niña muy delgada”, recuerda.
Muy temprano por la mañana Beatriz asiste a una entrevista radiofónica. Viste de manera sencilla: blusa blanca de lino con mangas tres cuartos, pantalón de mezclilla y tenis. Su arreglo es sencillo, casi no lleva maquillaje y tampoco luce joyas.
Durante la charla habla de sus propuestas. A los ciudadanos, dice, les interesan principalmente tres cosas: transporte, seguridad y empleo para los jóvenes.
Antes de salir de casa lee los periódicos. Está al tanto de todos los temas de interés.
Al salir de la entrevista hay tiempo para el desayuno, que comparte con su equipo de campaña y de prensa que siempre le acompaña. También saluda a algunos comensales.
Es el momento que aprovecha para afinar detalles de su campaña, o de algunos de los recorridos que realiza, en los que también le acompaña María Cristina Castillo Espinosa, encargada de enlace ciudadano.—