Noticias de Yucatán
(abuso, injusticia)
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Luego de declarar se desvanece un detenido diabético Publicada: 10 septiembre 2011
Sergio Ernesto May Nah, acusado de fraude, cayó desmayado al final de la diligencia que se realizó ayer en el Juzgado 5o. Penal (1)
Sergio Ernesto May Nah fue detenido anteayer por presunto fraude que cometió, pero por el aislamiento de sus familiares no ha tomado sus medicamentos: cuando declaraba ayer en el Juzgado 5o. Penal, se desmayó.
Sus cercanos parientes se alarmaron, expresaron que su pariente toma de manera constante sus medicamentos, pero hasta ahora no han podido comunicarse con él.
La esposa de May Nah, la señora Diana Patricia Canché Aké, también fue detenida, pero declaró primero y se retiró. Luego declaró su esposo por el mismo caso, un fraude que denunció José Olivares Valencia.
El desmayo ocurrió cuando la diligencia prácticamente había terminado. El acusado quedó semiacostado en uno de los pasillos que colinda con ese juzgado, rejilla metálica de por medio.
"Un médico, que venga un médico", fue la expresión de la jueza Rubí González Alpuche cuando se enteró de que May Nah había perdido el sentido.
Poco después acudió un custodio del penal, luego dos médicos, quienes recibieron los medicamentos de manos de los familiares del detenido. Más tarde el acusado se repuso, aunque no en su totalidad, y fue llevado a un hospital.
En relación con el fraude, Olivares Valencia expresó que pagó más de $20,000 por un predio que los esposos le ofrecieron; sin embargo, a final de cuentas no le entregaron el inmueble y tampoco le devolvieron el dinero.
El acusado expresó que recibió el dinero, pero el quejoso no tenía la cantidad total para pagar el terreno y dijo a los inculpados que se vendiera a otra persona, lo que se hizo.
El detenido, quien sufre de la presión y diabetes, tiene derecho a fianza
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Sus cercanos parientes se alarmaron, expresaron que su pariente toma de manera constante sus medicamentos, pero hasta ahora no han podido comunicarse con él.
El desmayo ocurrió cuando la diligencia prácticamente había terminado. El acusado quedó semiacostado en uno de los pasillos que colinda con ese juzgado, rejilla metálica de por medio.
"Un médico, que venga un médico", fue la expresión de la jueza Rubí González Alpuche cuando se enteró de que May Nah había perdido el sentido.
Poco después acudió un custodio del penal, luego dos médicos, quienes recibieron los medicamentos de manos de los familiares del detenido. Más tarde el acusado se repuso, aunque no en su totalidad, y fue llevado a un hospital.
En relación con el fraude, Olivares Valencia expresó que pagó más de $20,000 por un predio que los esposos le ofrecieron; sin embargo, a final de cuentas no le entregaron el inmueble y tampoco le devolvieron el dinero.
El acusado expresó que recibió el dinero, pero el quejoso no tenía la cantidad total para pagar el terreno y dijo a los inculpados que se vendiera a otra persona, lo que se hizo.
El detenido, quien sufre de la presión y diabetes, tiene derecho a fianza
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