Noticias de Yucatán
(educación, ambulantes)
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La escuela primaria "Miguel Ángel Ferrera Basto", ubicada en la colonia Melchor Ocampo II de Kanasín, no sólo incumple la norma del Programa Estatal de Combate a la Obesidad en las Escuelas de Educación Básica, sino que permite que las vendedoras trabajen en el interior del plantel.
Las cuatro vendedoras de "comida chatarra" autorizadas pagan una cuota de $20 diarios a la dirección, dinero que sirve para el pago del servicio telefónico o para material del limpieza del plantel.
"Tienen autorización de la Secretaría de Educación", justificó la directora, María del Rosario Aguilar, cuando se le preguntó sobre la concesión a las vendedoras.
Dijo que las vendedoras fueron a las oficinas de la Secretaría, expusieron su caso y les autorizaron sus permisos.
Aunque la directora informó que desconocía con quién se reunieron las vendedoras, madres de familia informaron que el inspector de la zona, Alejandro Bastarrachea Méndez, autorizó la concesión de que las ambulantes comercializaran sus productos chatarra en el interior del plantel.
En esa escuela hay 400 niños en todos los grados y compran con libertad dulces, frituras, chicharrones caseros, refrescos o lo que les alcance con sus gastadas.
Las madres de familia que se oponen a la venta de "comida chatarra" informaron que la directora estaba en desacuerdo, quiso imponer su autoridad, pero las vendedoras recurrieron a las autoridades superiores para lograr su objetivo
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(educación, ambulantes)
Vendedoras acuden a la autoridad para lograr "permisos" Publicada: 3 octubre 2011
En la primaria "Miguel Ángel Ferrera Basto" se vende comida chatarra en el interior del plantel, al parecer con la autorización del inspector de la zona, lo que no permite que la directora tenga el control de lo que los niños comen 
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(1)"Tienen autorización de la Secretaría de Educación", justificó la directora, María del Rosario Aguilar, cuando se le preguntó sobre la concesión a las vendedoras.
Dijo que las vendedoras fueron a las oficinas de la Secretaría, expusieron su caso y les autorizaron sus permisos.
Las madres de familia que se oponen a la venta de "comida chatarra" informaron que la directora estaba en desacuerdo, quiso imponer su autoridad, pero las vendedoras recurrieron a las autoridades superiores para lograr su objetivo
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