Noticias de Yucatán
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A 21 años de cárcel fue sentenciado el técnico superior en radiocomunicaciones Francisco Javier Martínez Castillo (a) “Dexter”, acusado de violar repetidamente a su sobrino de cinco años,.
El sujeto le ponía trapos en la boca para que no gritara y le subía al radio para garantizar que nadie escuchara.
La juez primero penal, Rubí Guadalupe González Alpuche, lo condenó también al pago de 235 días de salario mínimo, equivalente a 27,767.60 pesos, sustituibles por 240 días más en la cárcel.
Se informó que la sentencia empezará a correr desde el 7 de agosto del 2012, fecha en la cual fue detenido.
Según el expediente, el menor era víctima de Martínez Castillo desde que contaba con 5 años de edad, aprovechando que la madre del pequeño se ausentaba del predio para ir a trabajar.
El sujeto se quedaba con el menor en el predio donde ambos vivían, ubicado en el fraccionamiento Chenkú, y con amenazas de hacerle daño a su familia obligaba al menor para imponerle la cópula.
Para que el niño no gritara, le metía trapos en la boca y hasta subía el volumen de la radio, para que no escucharan.
Los ataques terminaron en noviembre de 2010, cuando el menor tenía nueve años de edad, debido a que Martínez Castillo dejó de vivir en el mismo domicilio y el niño contó todo.
A 21 años de cárcel fue sentenciado el técnico superior en radiocomunicaciones Francisco Javier Martínez Castillo (a) “Dexter”, acusado de violar repetidamente a su sobrino de cinco años,.
El sujeto le ponía trapos en la boca para que no gritara y le subía al radio para garantizar que nadie escuchara.
La juez primero penal, Rubí Guadalupe González Alpuche, lo condenó también al pago de 235 días de salario mínimo, equivalente a 27,767.60 pesos, sustituibles por 240 días más en la cárcel.
Se informó que la sentencia empezará a correr desde el 7 de agosto del 2012, fecha en la cual fue detenido.
Según el expediente, el menor era víctima de Martínez Castillo desde que contaba con 5 años de edad, aprovechando que la madre del pequeño se ausentaba del predio para ir a trabajar.
El sujeto se quedaba con el menor en el predio donde ambos vivían, ubicado en el fraccionamiento Chenkú, y con amenazas de hacerle daño a su familia obligaba al menor para imponerle la cópula.
Para que el niño no gritara, le metía trapos en la boca y hasta subía el volumen de la radio, para que no escucharan.
Los ataques terminaron en noviembre de 2010, cuando el menor tenía nueve años de edad, debido a que Martínez Castillo dejó de vivir en el mismo domicilio y el niño contó todo.
