CANCÚN, Q. Roo.- Karla, con engaños, fue trasladada de Nicaragua a México, tenía 12 años, cuando un sujeto, de 22 años la enamoró, tres meses duró su felicidad, después la empezó a prostituir, terminó en bares de Tamaulipas que estaban al servicio del grupo delictivo “Los Zetas”.
La joven subió al pódium de la Conferencia Anual de Delitos Financieros que se lleva a cabo en Cancún, e inició la charla, dijo que estuvo en un problema, el cual no se lo desea a nadie, ahorita tiene 23 años y el próximo 7 agosto cumple años.
Ella venía de una familia muy humilde, de bajos recursos, a ella la enamoraron, la apantallaron con un carro rojo.
Su madre trabajaba y le daba lo que ella podía, cuando la enamoró el sujeto le prometió ese amor que no encontraba en su casa, el individuo la envolvió con todas sus promesas.
El sujeto le compró ropa y muchas cosas, la trató como a una princesa, le dio muchas atenciones, después le dijo que tenía que trabajar y la metió en un mundo que no conocía: la prostitución.
Cuando cometía un error no le llamaban la atención con una cachetada, sino que le pegaban con cables, palos, cadenas, hasta con una “botas texanas” y llegaron a quemarla con una plancha.
Durante los casi nueve años que la prostituyeron, abortó dos gemelos, tuvo otro embarazo, hasta los ocho meses le ordenaron que se prostituyera.
No hacen nada por auxiliarlas
Muchos tienen miedo de ayudarlas, porque se estarían metiendo con el narcotráfico, con funcionarios, el gobierno, por eso no hacen nada por auxiliarlas.
En bares de Tamaulipas, tenía que entregar diario 25 mil pesos y mil 300 dólares, pero cuando ya no les servían las llevaban a la casa de uno de los jefes de la organización delictiva de “Los Zetas”, era una finca donde las amarraban, llegaban personas extranjeras que pagaban mucho dinero para matarlas mientras las violaban.
Karla ha iniciado una campaña que se llama “hoja en blanco”, la cual consiste en que la gente que asiste en sus pláticas levante una hoja y con ello se comprometa a ayudar a muchachas que están pasando lo que ella vivió.
Fuente: SIPSE