Mientras los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública andan entretenidos y divertidos cazando choferes de Uber, la ola de robos que sufren visitantes canadienses en la costa progreseña amenaza con cortar una importante derrama económica que genera la renta de casas y departamentos por parte de los extranjeros.
Durante la temporada de invierno llegan a Progreso alrededor de 5,000 canadienses que rentan por lo menos 2,000 casas en el puerto. Pagan entre 500 y 2,000 dólares mensuales por el alquiler de los inmuebles y además gastan miles de dólares durante su estancia.
Sin embargo, ante la inseguridad varios de ellos ya retornaron a su país de origen y otros más sólo esperan que venza el mes de renta para dejar Progreso.
Habitualmente estos visitantes arriban al puerto desde noviembre y retornan a Canadá hasta abril.
Otro problema que sufren los turistas con vehículos es el acoso policíaco por parte de agentes que intentan extorsionarlos.