El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, cedió ayer a la presión y se inhibió de “cualquier investigación pasada o futura” sobre las relaciones entre la campaña electoral de Donald Trump y las autoridades rusas, tras revelarse que el año pasado mantuvo contactos con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyan.
Jared Kuschner, yerno y asesor del presidente, así como al menos otros dos miembros del equipo de campaña del magnate, se reunieron con el embajador, revelaron medios.
“Debido a mi implicación con la campaña, no debería participar en ninguna investigación”, anunció el fiscal general, quien todo el día estuvo en el ojo del huracán por sus contactos no confesados con Kislyan.
“[He decidido] inhibirme de cualquier investigación existente o futura sobre cualquier asunto relacionado de alguna manera con las campañas del presidente de Estados Unidos”, dijo Sessions en un comunicado aparte, aunque subrayó que su decisión “no debe ser interpretada como una confirmación de la existencia de una investigación” de parte del Departamento de Justicia sobre sus contactos y el hecho de que los ocultó durante su audiencia de confirmación en el Senado para el puesto de fiscal general.
Sessions se declaró inocente de las acusaciones de falsedad bajo juramento ya que, según dijo, no mintió porque la pregunta en su audiencia en el Senado se refería exclusivamente a si había hablado sobre temas de campaña con funcionarios de Rusia.
“Nunca tuve reuniones con operativos o intermediarios rusos sobre la campaña de Trump. Y la idea de que yo era parte de un ‘intercambio constante de información’ durante la campaña entre representantes de Trump e intermediarios del gobierno ruso es totalmente falso”, afirmó. Una de las reuniones se produjo en septiembre, elmes más comprometido de los ciberataques rusos al Partido Demócrata.
Los demócratas exigen la dimisión de Sessions. “No cumple los requisitos para ser el primer ejecutor de la ley en nuestro país; ha mentido bajo juramento y debe dimitir. Hay que abrir una comisión independiente para investigar las conexiones políticas, personales y financieras de Trump con los rusos", afirmó la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Antes de Sessions, el asesor en seguridad nacional, Michael Flynn, fue obligado a renunciar tras mentir de sus encuentros con Kislyak, figura central del escándalo y con la cual, según el New Yorker, se reunió Kushner, junto con Flynn, en diciembre pasado, pasadas las presidenciales, en la Torre Trump, de Nueva York. El objetivo del encuentro fue “establecer una línea de comunicación” entre la futura administración Trump y el Kremlin.
Otro diario, el USA Today, dijo que se reunieron también con el embajador ruso J.D. Gordon, quien fue director de seguridad nacional de la campaña de Trump, y Carter Page, otro miembro del comité asesor del equipo para los comicios presidenciales, en julio pasado en Cleveland, en una conferencia al margen de la Convención Nacional Republicana.
Gordon dijo que fue “una conversación informal como mis interacciones con decenas de otros embajadores” y Page señaló que no tuvo “discusiones sustanciales” con el ruso.
Trump denunció lo que llamó una “cacería de brujas” contra Sessions y externó su “confianza total” en él. “Es un hombre honesto. No dijo nada malo”, dijo el mandatario, si bien reconoció que en la audiencia el fiscal general “pudo haber dado una respuesta más precisa, pero claramente eso no fue intencional”, y criticó a los demócratas por estar “aprovechándose de la situación”.
Lo cierto es que con Sessions sin poder de acción en el asunto, Trump pierde un escudo ante las acusaciones y futuras investigaciones sobre los supuestos nexos con el presidente ruso, Vladimir Putin, y la injerencia en las elecciones.
Por otra parte, el congresista demócrata más importante del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, Adam Schiff, acusó al FBI y su director, el otrora polémico James Comey, de ocultar información sobre los resultados de las investigaciones sobre la influencia rusa en los resultados de las elecciones. “Diría que en este momento sabemos menos de una fracción de lo que el FBI sabe”, dijo el congresista tras un encuentro con Comey, a quien instó a “cooperar de forma completa” para desenmascarar la verdad del caso.
Jared Kuschner, yerno y asesor del presidente, así como al menos otros dos miembros del equipo de campaña del magnate, se reunieron con el embajador, revelaron medios.
“Debido a mi implicación con la campaña, no debería participar en ninguna investigación”, anunció el fiscal general, quien todo el día estuvo en el ojo del huracán por sus contactos no confesados con Kislyan.
“[He decidido] inhibirme de cualquier investigación existente o futura sobre cualquier asunto relacionado de alguna manera con las campañas del presidente de Estados Unidos”, dijo Sessions en un comunicado aparte, aunque subrayó que su decisión “no debe ser interpretada como una confirmación de la existencia de una investigación” de parte del Departamento de Justicia sobre sus contactos y el hecho de que los ocultó durante su audiencia de confirmación en el Senado para el puesto de fiscal general.
Sessions se declaró inocente de las acusaciones de falsedad bajo juramento ya que, según dijo, no mintió porque la pregunta en su audiencia en el Senado se refería exclusivamente a si había hablado sobre temas de campaña con funcionarios de Rusia.
“Nunca tuve reuniones con operativos o intermediarios rusos sobre la campaña de Trump. Y la idea de que yo era parte de un ‘intercambio constante de información’ durante la campaña entre representantes de Trump e intermediarios del gobierno ruso es totalmente falso”, afirmó. Una de las reuniones se produjo en septiembre, elmes más comprometido de los ciberataques rusos al Partido Demócrata.
Los demócratas exigen la dimisión de Sessions. “No cumple los requisitos para ser el primer ejecutor de la ley en nuestro país; ha mentido bajo juramento y debe dimitir. Hay que abrir una comisión independiente para investigar las conexiones políticas, personales y financieras de Trump con los rusos", afirmó la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Antes de Sessions, el asesor en seguridad nacional, Michael Flynn, fue obligado a renunciar tras mentir de sus encuentros con Kislyak, figura central del escándalo y con la cual, según el New Yorker, se reunió Kushner, junto con Flynn, en diciembre pasado, pasadas las presidenciales, en la Torre Trump, de Nueva York. El objetivo del encuentro fue “establecer una línea de comunicación” entre la futura administración Trump y el Kremlin.
Otro diario, el USA Today, dijo que se reunieron también con el embajador ruso J.D. Gordon, quien fue director de seguridad nacional de la campaña de Trump, y Carter Page, otro miembro del comité asesor del equipo para los comicios presidenciales, en julio pasado en Cleveland, en una conferencia al margen de la Convención Nacional Republicana.
Gordon dijo que fue “una conversación informal como mis interacciones con decenas de otros embajadores” y Page señaló que no tuvo “discusiones sustanciales” con el ruso.
Trump denunció lo que llamó una “cacería de brujas” contra Sessions y externó su “confianza total” en él. “Es un hombre honesto. No dijo nada malo”, dijo el mandatario, si bien reconoció que en la audiencia el fiscal general “pudo haber dado una respuesta más precisa, pero claramente eso no fue intencional”, y criticó a los demócratas por estar “aprovechándose de la situación”.
Lo cierto es que con Sessions sin poder de acción en el asunto, Trump pierde un escudo ante las acusaciones y futuras investigaciones sobre los supuestos nexos con el presidente ruso, Vladimir Putin, y la injerencia en las elecciones.
Por otra parte, el congresista demócrata más importante del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, Adam Schiff, acusó al FBI y su director, el otrora polémico James Comey, de ocultar información sobre los resultados de las investigaciones sobre la influencia rusa en los resultados de las elecciones. “Diría que en este momento sabemos menos de una fracción de lo que el FBI sabe”, dijo el congresista tras un encuentro con Comey, a quien instó a “cooperar de forma completa” para desenmascarar la verdad del caso.