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Adriano “Baby” Tzuc Mendicuti continúa en el ring, ni su peor rival hasta ahora, la ceguera, ha noqueado al veterano boxeador que se resiste a abandonar el entrenamiento pugilístico, terapia de jóvenes del sur de Mérida que luchan contra el grave problema de las drogas.
Adriano “Baby” Tzuc Mendicuti continúa en el ring, ni su peor rival hasta ahora, la ceguera, ha noqueado al veterano boxeador que se resiste a abandonar el entrenamiento pugilístico, terapia de jóvenes del sur de Mérida que luchan contra el grave problema de las drogas.
Apoyado de Juan Gómez, Luis Chi y de “Firpo” continúa dirigiendo a alrededor de una decena de boxeadores, algunos de ellos jóvenes que buscan dejar las adicciones con la ayuda del deporte de los puños.
En su casa, en la calle 50 entre 115 y 117 de la colonia Mercedes Barrera, donde tiene el sencillo pero respetado Gimnasio “San José”, ha formado a más de una centena de púgiles en su más de 30 años de entrenador.
“El Baby”, de 75 años, tiene una característica: es formador de boxeadores, por lo que sus alumnos inician su carrera bajo su entrenamiento.
Orgulloso dice que no recibe jóvenes “ya formados y sólo los pule”.
De hecho asegura que ha tenido casos de papás que les han llevado a sus hijos para que los entrene porque tienen problemas de drogas.
Señaló que actualmente hay boxeadores talentosos, pero que no tienen disciplina y pierden la mucha condición física que necesitan.
“Vienen, entrenan 15 días antes de la pelea y se vuelven a asomar para su siguiente pelea”, lamenta.
Incluso cuando les dice que tienen que acostarse a dormir temprano porque la mala noche es dañina, ya no regresan.
“Será una de dos o me sale un ‘Púas’ Olivares o al fin contaré con un disciplinado”, señala.
“El Baby” fue entrenador del boxeador que más cerca ha estado de unos Juegos Olímpicos: Didier “Tanquecito” Basulto, quien fue cuatro años campeón en la Olimpiada Nacional, ocupó el quinto lugar en un Mundial Juvenil y fue promesa junto con el ex olímpico, Carlos Cuadras.
Recordó que cuando era boxeador también se dedicaba a la venta del hielo, como hasta la fecha, sólo que en ese entonces repartía a los comercios, restaurantes, cantinas y bares.
En ese entonces José “León” Trejo lo invitó a construir un gimnasio en la parte trasera de una panadería ubicada en la calle 50 por 89 y 91 en la esquina de la “Cieguita”, donde estuvo por 15 años.
Allá realizaron varios torneos del Ejército y cuando ya no continuaron decidió pasar el gimnasio en la parte trasera de su casa.
“Agradezco a Trejo, quien me apoyó para que sea entrenador”, dijo.
Entre sus alumnos actualmente figuran: los hermanos “Rabanitos” Faustino y Carlos Martín, quienes son superpluma y ligero, respectivamente; Carlos “Dinamita” Parra, que es minimosca y Alberoni “Pulguita” Tilán (pluma).
Indicó que hace unos días aprovechó que el alcalde Mauricio Vila Dosal inauguró unas obras por su colonia para pedirle que lo apoyen con equipo.
“Nos hace falta guantes de box, peras, entre otras cosas”, señala.
Finalmente, sobre su jubilación, el carismático veterano dijo que como “hielero” está retirado, pero como entrenador, mientras tenga colaboradores que lo apoyen seguirá.
“Es mi pasión y me gusta, si un boxeador no destaca, al menos no será un pandillero”, asegura con orgullo. Información de Reporteros Hoy