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Se ha demostrado que el cacao tiene numerosas propiedades curativas. La epicatequina, por ejemplo, es un flavonol que se encuentra en el cacao y que protege las neuronas encargadas de la memoria. También se ha descubierto que la semilla de cacao contiene endotelio, un componente que refuerza las arterias, mejora la circulación y disminuye la presión cardiaca.
Ahora, Adriana Miranda Cervantes, alumna del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), ha descubierto una nueva propiedad de la maravillosa semilla del cacao. Esta estudiante publicó, en su tesis de maestría su descubrimiento: la epicatequina del cacao puede mejorar también la producción de energía en la musculatura de adultos mayores.
Junto con un cercano equipo de colaboradores del Departamento de Innovación Biomédica (DIB) del CICESE, Adriana Miranda estudia la forma en la que esta sustancia ayuda a la producción de energía en las células humanas.
Utilizando un modelo de células musculares, la joven científica demostró que la epicatequina aumenta el número de mitocondrias. Y las mitocondrias son, supuestamente, la fuente de energía de las células. Así, al alimentar la fuente de energía de las células, esta sustancia del cacao puede influenciar positivamente en la salud muscular de los adultos mayores.
“Encontramos en la célula muscular el receptor de la epicatequina, pero lo que sugieren los resultados es que no es el único. Lo que buscamos es poner a este receptor como un blanco terapéutico para las personas adultas, para que tengan un envejecimiento saludable”, mencionó la investigadora.
Por la pertinencia y el rigor de esta investigación, la estudiante mexicana ganó el máximo reconocimiento en la categoría de biología celular y fisiología médica en el Congreso Internacional de Estudiantes de Biomedicina. Este congreso se organizó en Holanda, y la temática de las investigaciones fue el “Envejecimiento saludable”.
En su discurso de agradecimiento, la joven galardonada agradeció el apoyo de sus asesores, los investigadores Carolina Álvarez y Aldo Moreno, ambos del DIB, en el desarrollo de su investigación.
Con información de La Jornada.
