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En su primera audiencia y ante los magistrados de la Corte de Melbourne, Nur Islam, un hombre de 22 años, quien, "cansado de esperar" un retiro de su cuenta, de alrededor de 442 dólares, prendió fuego a una sucursal del Commonwealth Bank, en Springvale, Melbourne, ocasionando lesiones a más de treinta personas y pérdidas económicas por casi tres millones de dólares, admitió haberlo hecho, pero sin intensión de lastimar a nadie.
Su defensa alega, además, como se observa en los videos recién liberados, que el hombre resultó con el 60 por ciento del cuerpo quemado.
Pero la realidad es que 33 personas sufrieron daños físicos, y cuatro de ellas muy graves.
Las autoridades han podido reconstruir, basados en una serie de videos, los momentos en los que sale del banco, y en una calle cercana a una estación de gasolina toma un bote vacío y adquiere 11.33 litros y paga 14.71 dólares de combustible, con el que ingresa de regreso a la sucursal bancaria.
Todo ocurre a apenas a unos pasos de la puerta de acceso.
Los gritos, inclusive de niños, inundan el ambiente, pero lo que más alerta es el intenso, penetrante olor a gasolina.
Decenas de personas corren hacia la salida, e incluso uno más se acerca en un vano intento por evitarlo, mientras Nur Islam la derrama en la alfombra y saca del bolsillo un encendedor, con tan rápidos movimientos que él mismo termina bañado en el inflamable líquido.
En cuanto acciona el encendedor, y mientras clientes siguen saliendo a su lado, una enorme llama se enciende y lo envuelve junto con el hombre que se acercó para disuadirlo.
Nur corre hacia adentro de la sucursal envuelto en llamas.
No lo sabe pero está atrapado.
La única salida se situaba justo al otro lado, así que su frenética carrera debe ser detenida por un empleado del banco, quien lo tira al piso y sofoca al bonzo.
El calor sofoca y el humo, negrísimo, penetra en los pulmones. El banco se convierte en una sucursal del infierno. El caos no termina ahí.
Le dijo a la corte.
"Estaba enojado porque me hicieron esperar".
El hombre no solo ha tenido que pasar una ardua rehabilitación, sino que, además, enfrenta 33 cargos pot lesiones intencionales, para los que pidió clemencia, pero suma en total 108 cargos en su contra, incluyendo los daños materiales en propiedad ajena.
Su abogado, Barnaby Johnson, se basa en la idea de que su cliente se inmoló deliberadamente a la entrada del banco y resultó, el más dañado de todos.
"Él sufrió las más significativas y catastróficas lesiones como resultado de este incidente", le defendió.
Semanas atrás, el magistrado Peter Reardon envió al originario de Myanmar a exámenes psicológicos. En unas horas Nur Islam comparecerá en la Corte de Victoria.