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Una anciana belga ha sorprendido al mundo por beber al día entre 12 y 20 cervezas, una cantidad de alcohol que emborracharía a cualquiera.
La mujer de 96 años de edad no solo tiene la hazaña de consumir esa cantidad de cerveza, si no que además, lo hace sin emborracharse.
A veces, la cabeza me da vueltas, pero esto se debe a la vejez. El médico me dice que mientras me encuentre bien, puedo seguir, esto no puede hacerme daño. Además, yo bebo cerveza desde hace años y sigo viva.
Un estudio presentado en la Reunión Cientídica Anual de la Sociedad Europea para la Investigación Clínica (ESCI) señala que la cerveza puede mejorar la salud cardiovascular, informó Antena 3.
“La ingesta moderada de bebidas fermentadas podría formar parte de una alimentación saludable dentro de la dieta mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación alcohólica y las materias primas naturales (agua, cebada y lúpulo) con las que están elaboradas”, señaló Ramón Estruch, doctor del Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona.
- Para la anciana la bebida es parte de su dieta diaria y a pesar de tomar en gran cantidad, no se emborracha
Una anciana belga ha sorprendido al mundo por beber al día entre 12 y 20 cervezas, una cantidad de alcohol que emborracharía a cualquiera.
La mujer de 96 años de edad no solo tiene la hazaña de consumir esa cantidad de cerveza, si no que además, lo hace sin emborracharse.
A veces, la cabeza me da vueltas, pero esto se debe a la vejez. El médico me dice que mientras me encuentre bien, puedo seguir, esto no puede hacerme daño. Además, yo bebo cerveza desde hace años y sigo viva.
Un estudio presentado en la Reunión Cientídica Anual de la Sociedad Europea para la Investigación Clínica (ESCI) señala que la cerveza puede mejorar la salud cardiovascular, informó Antena 3.
“La ingesta moderada de bebidas fermentadas podría formar parte de una alimentación saludable dentro de la dieta mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación alcohólica y las materias primas naturales (agua, cebada y lúpulo) con las que están elaboradas”, señaló Ramón Estruch, doctor del Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona.