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Gilberto Baschiera, gerente de una sucursal de la Banca di Carnia e Gemonese en la ciudad de Forni di Sopra –en el noreste de Italia–, decidió encargarse personalmente de la "justicia social" sin considerar demasiado, en esa importante tarea, lo que pudiesen pensar las autoridades.
A lo largo de siete años, Baschiera sustrajo, a lo 'Robin Hood', casi un millón de euros de las cuentas de los clientes más adinerados de ese banco para distribuirlos entre aquellos otros que lucían más necesitados y solicitaban préstamos, reporta el periódico italiano Corriere della Sera. El hombre comenzó su 'noble labor' en 2009, en medio de la crisis financiera mundial, como una especie de protesta contra el "sistema que abandona a los jubilados con lo mínimo y a los jóvenes sin recursos".
Luego de que en 2016 el banco descubriera su trama, Baschiera fue despedido. La Fiscalía de la provincia de Udine lo procesó por malversación y fraude, pero como el hombre no obtuvo para sí mismo ni un centavo y no tenía antecedentes penales, consiguió llegar a un acuerdo con las autoridades.
Este lunes, la justicia italiana lo sentenció a dos años de cárcel, pero sustituyó la pena por libertad condicional. Además de perder el trabajo, el hombre se quedó también sin casa, que le fue confiscada.
Baschiera no se arrepiente de lo que hizo y asegura que "habría devuelto todo aquel dinero". Tras el escándalo, el banquero llamó a cada cliente de cuya cuenta retiró dinero para explicar los motivos que lo empujaron hacia aquel paso. "Siempre he pensado que, además de proteger a los ahorristas, nuestra tarea es ayudar a los necesitados", comentó. Su abogado, Robert Mete, confirmó esas palabras.
Gilberto Baschiera, gerente de una sucursal de la Banca di Carnia e Gemonese en la ciudad de Forni di Sopra –en el noreste de Italia–, decidió encargarse personalmente de la "justicia social" sin considerar demasiado, en esa importante tarea, lo que pudiesen pensar las autoridades.
A lo largo de siete años, Baschiera sustrajo, a lo 'Robin Hood', casi un millón de euros de las cuentas de los clientes más adinerados de ese banco para distribuirlos entre aquellos otros que lucían más necesitados y solicitaban préstamos, reporta el periódico italiano Corriere della Sera. El hombre comenzó su 'noble labor' en 2009, en medio de la crisis financiera mundial, como una especie de protesta contra el "sistema que abandona a los jubilados con lo mínimo y a los jóvenes sin recursos".
Luego de que en 2016 el banco descubriera su trama, Baschiera fue despedido. La Fiscalía de la provincia de Udine lo procesó por malversación y fraude, pero como el hombre no obtuvo para sí mismo ni un centavo y no tenía antecedentes penales, consiguió llegar a un acuerdo con las autoridades.
Este lunes, la justicia italiana lo sentenció a dos años de cárcel, pero sustituyó la pena por libertad condicional. Además de perder el trabajo, el hombre se quedó también sin casa, que le fue confiscada.
Baschiera no se arrepiente de lo que hizo y asegura que "habría devuelto todo aquel dinero". Tras el escándalo, el banquero llamó a cada cliente de cuya cuenta retiró dinero para explicar los motivos que lo empujaron hacia aquel paso. "Siempre he pensado que, además de proteger a los ahorristas, nuestra tarea es ayudar a los necesitados", comentó. Su abogado, Robert Mete, confirmó esas palabras.
