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Igual que lo hace la mayoría de las personas afectadas por secuestros de parientes en Quintana Roo, Ángel González Cob y su familia se trasladaron a Mérida en busca de refugio.
Sin embargo, el estrés y la paranoia del sujeto, quien es taxista de la Untrac en el sur de Quintana Roo, lo llevaron a matar a un agente de la Policía Estatal de Investigación, que junto con otro que resultó herido, lo trasladaban a la Unidad Antisecuestros de la Fiscalía General del Estado (FGE) para brindar protección a la familia.
“Me desesperé, me desesperé”, expresó arrepentido tras su detención. Dijo que le está yendo mal: le quitaron su rancho, secuestraron a su papá y ahora está preso, a punto de enfrentar a la justicia, además de la afectación a su familia.
La pesadilla comenzó el pasado miércoles 7 de noviembre, cuando el padre de Ángel, que también es taxista en la zona conocida como la Ribera del Río Hondo o zona cañera de Quintana Roo, fue secuestrado cuando cubría con uno de sus vehículos la ruta Caobas-Chetumal.
Aproximadamente a las 10 de la mañana, dos sujetos armados lo secuestraron y pidieron un rescate de dos millones de pesos.
Luego de presentar una denuncia ante las autoridades de Quintana Roo, Ángel y su familia decidieron que lo mejor era salir del vecino estado y para ello se trasladaron en una camioneta hasta el sur de Yucatán, la cual por temor a que los siguieran abandonaron en Ticul.
De ahí viajaron en transporte público hasta Mérida y desde Plaza El Patio (antes Sendero) pidieron auxilio al 9-1-1.
Por cuestiones de seguridad, les enviaron dos vehículos policiacos, uno que abordaron
González Cob y su esposa y otro en el que iban sus hijos adolescentes.
Todo transcurría de manera normal hasta que los vehículos enfilaron hacia el complejo de seguridad del Periférico poniente.
A poca distancia de la Fiscalía, el individuo le dijo a su esposa: “Pásame mis pastillas”, señal de que le diera una pistola con la que les disparó a la cara a los policías, uno de los cuales, como se sabe, murió a consecuencia de los impactos de bala.
Tras el ataque, el vehículo policiaco quedó sin control y se estampó contra un poste. Rápidamente entraron en acción los oficiales que iban en el otro vehículo para someter al sujeto, que quedó a disposición de las autoridades y este jueves será turnado ante un juez.
Según se supo, la mujer tenía en su bolsa dos pistolas, con las que habitualmente andaban para protegerse.
Los hijos quedaron a disposición del Caimede, que ya se puso en contacto con las autoridades de Quintana Roo para localizar a familiares que puedan hacerse cargo de ellos.
Por cierto, el martes fue liberado el padre de González Cob. Se ignora si fue por un pago de rescate. Yucatán Ahora.