La actriz egipcia Rania Youssef ha sido denunciada por un grupo de abogados conservadores por llevar un vestido transparente que dejaba ver sus piernas en la ceremonia de clausura de un festival de cine en El Cairo y será juzgada por ello el próximo mes, informa AP.
La queja ante la Fiscalía se produjo a raíz de la celebración del Festival Internacional de Cine en la capital egipcia, donde la actriz se dejó ver este jueves. Si la actriz es declarada culpable en el juicio, previsto para el 12 de enero de 2019, podría afrontar hasta cinco años de prisión.
La mayoría de los habitantes de este país árabe profesan la religión islámica, conocida por su carácter conservador. Aunque Egipto ha mostrado rasgos de secularismo, el fundamentalismo islámico aún prevalece en la sociedad del país y el caso de Youssef es un claro ejemplo de ello.
Inquietantes precendentes
Este no es el primer caso de una mujer obligada a comparecer ante los tribunal por contravenir los valores morales de la sociedad egipcia.
El noviembre de 2017 se informó que una cantante pop fue detenida por aparecer en ropa interior en un videoclip y comer frutas "de manera provocadora" ante hombres jóvenes. Fue condenada a dos años de prisión y multada con 560 dólares.
Un incidente semejante ocurrió en febrero de este año, cuando otra famosa cantante local fue multada y encarcelada a seis meses por "burlarse de manera injustificada" del río Nilo. Todo se debió a un breve intercambio de palabras con uno de sus 'fans', al que contesto: "si bebes del Nilo, contraerás esquistosomiasis".
Otra víctima del fundamentalismo islámico fue una turista libanesa, declarada culpable por un tribunal de El Cairo por difundir de forma deliberada de rumores falsos ofensivos para la religión y que fue sentenciada en julio a 8 años de prisión después de que se quejara del acoso sexual sufrido en Egipto a través de un video en Facebook.
Cabe también recordar las palabras de un abogado conservador, que declaró que acosar o violar a las mujeres que enseñen partes de su cuerpo es un "deber nacional".
Según recoge un estudio de la ONU, la capital egipcia está considerada como la megalópolis más peligrosa del mundo para las mujeres, debido a las dificultades para ejercer su derecho a la educación y a la salud, así como por el limitado acceso que tienen a ciertos servicios bancarios.
Un estudio del Centro Egipcio para los Derechos de las Mujeres en 2008 apuntaba a que el 83% de las mujeres afirmaban haber sufrido acosado sexual, mientras que el 62% de los hombres admitía haber acosado a las mujeres.