De la
manera más cruel, centroamericanos han abandonado su ilusión por conseguir el
asilo humanitario en Estados Unidos.
Estar tres
días en el Centro de Detención y Deportación, más conocido como “las hieleras”,
les hizo olvidarse del “sueño americano”.
Ayer 48 de personas, entre ellas niños de Honduras
y Guatemala, regresaron a su país, en donde deberán afrontar nuevamente la falta
de trabajo y la pobreza.
Cindy “N” y
su hijo de 10 años llevan un mes fuera de Honduras. Sus compatriotas les
“informaron” que era fácil llegar a Estados Unidos por Texas, les creyeron y
vendieron gran parte de sus pertenencias.
A México
ingresaron sin documentos hasta llegar a Tamaulipas, cruzaron el Río Bravo para
llegar a Texas y buscaron a los agentes de la patrulla fronteriza (CBP) para
que los detuvieran y los llevaran a una “hielera” para iniciar su trámite de
asilo.
Cindy contó
que el trato fue cordial. A los tres días los subieron a un avión.
“Ya viendo
el cielo sentí que habíamos logrado estar en los Estados Unidos. En el avión todos
estamos felices”, contó.
Cuando
descendieron fueron trasladados a una hielera en San Diego, California. Ahí
comenzó la pesadilla, primero las madres y padres fueron separados de sus
hijos, quienes contrajeron enfermedades respiratorias y estomacales, pues llegaron
a tomar agua del escusado.
“Nos
trataron como criminales, nos tiraron al suelo. Nos hicieron firmar documentos,
era obligatorio. Nos dijeron que ya nos podíamos venir a morir a México”,
relató.
Sin darse
cuenta los retornaron a Tijuana por la Garita de El Chaparral para que esperaran
hasta diciembre o enero del 2020 a iniciar el proceso de asilo.
En Tijuana,
las 48 personas estuvieron en el albergue cristiano a cargo de Alberto Rivera
Colón, quien dijo que las autoridades de migración de Estados Unidos utilizan
la táctica del miedo para evitar que los migrantes lleguen a ese país.
Declaró que
para ellos permanecer en esta ciudad no es una opción, pues los sueldos son similares
a los de Centroamérica.
“En El
salvador se gasta en dólar, y aquí se gana en pesos. En Guatemala el quetzal
vale más que el peso”, dijo Rivera Colón.
Sobre el retorno, mencionó que fueron los mismos migrantes los que consiguieron dinero para regresarse en camión a Tapachula, Chiapas.
Elimparcial.