Un rugido ensordecedor estremeció el pletórico Kukulcán
Álamo, con unos Leones de Yucatán jugando a nota, conjugando todo lo
que se tenía que hacer, ofensivamente, defensivamente y teniendo a un inspirado
José Samayoa para vencer a los Diablos Rojos del México, 4-1, conquistando
de esta manera su segundo banderín en dos años consecutivos de la Zona Sur.
Siempre concentrados, los reyes de la selva no le dieron la
más mínima oportunidad a los escarlatas, una escuadra que nunca pudo descifrar
los envíos de Samayoa, Andrés Avila, Enrique Burgos y Josh Louke.
Tipo estudioso del rival, se vio que Samayoa tenía
determinado lanzamiento para cada pingo a los que sujetó en tres imparables en
seis entradas y un tercio.
Solo en una ocasión, el derecho de Hermosillo perdió la zona
de straic, y eso le costó la única anotación, en el segundo episodio. Sencillo
de Emanuel Ávila remolcó la anotación, y ya luego simplemente Samayoa cerró las
puertas del averno, ante la algarabía de los fanáticos que nunca dejaron de
apoyar y teniendo entre ellos algunos ojos de escrutinio de gente de Monclova y
Tijuana en las gradas.
Poco antes de que salieran al campo, los peloteros
selváticos se juntaron brevemente en el dogaut. Hablaron entre ellos, se dieron
confianza, ánimos y así con esa motivación extra entraron a jugar.
Y vaya que la dosis extra de seguridad les dio fructíferos
dividendos, logrando hacer explotar muy pronto al estadounidense Patrick
Johnson, que apenas se mantuvo en la loma una entrada y un tercio, con cuatro
carreras a cuestas, todas enviadas al pentágono por la majagua de Alex Liddi.
Paciente, Jonathan Jones recibió pasaporte , y después de
que parecía que Johnson tenía controlado al italiano al tener dos straic, le
pasó un lanzamiento cómodo para desaparecer la pelota por el bosque izquierdo.
Soberbio fue este segundo bambinazo del bambino en esta serie.
No pasó mucho y las fieras volvieron a darle otro zarpazo,
ahora letal al norteamericano cuando el encendido Liddi siguió ahora con
biangular por el derecho para remolcar a Jorge Flores y Jones.
Natanael Santiago se hizo cargo del centro del diamante y su látigo aplacó a
los reyes de la selva en un jit en los siguientes tres actos y un tercio.
Fuente: La Vieja Guardia