En el fondo del mar podría estar la cura para el cáncer de mama

03 octubre 2019
Noticias de Yucatán. 

Sinaloa.- Con el objetivo de encontrar una cura a padecimientos como cáncer de mama, epilepsia, depresión y mal de Parkinson, científicos de la UNAM y de la Unison unen esfuerzos en torno a esta investigación cuyo enfoque principal es tratar de encontrar moléculas biológicamente activas y en un plan a corto plazo están buscando una toxina que afecta de manera particular a una línea celular de cáncer de mama.

En entrevista telefónica para periódico EL DEBATE, Sergio Agustín Román González, uno de los científicos que lideran este proyecto, explicó la experiencia que han tenido al realizar investigaciones sobre animales venenosos. 

Probable cura contra enfermedades neuronales

El científico especialista en toxinas explicó que los animales venenosos han demostrado que tienen un armamento bioquímico desarrollado a lo largo de millones de años de evolución. Estos animales tienen en su poder moléculas que pueden regular, bloquear o inhibir la función de múltiples blancos fisiológicos encargados del movimiento: «Esto nos ha dado una guía para poder utilizarlas en terapias contra enfermedades neuronales», aseguró el doctor en Ciencias por la UNAM.

Román González comentó que el veneno de estos organismos (específicamente los caracoles marinos del género Conus) afecta principalmente a las moléculas encargadas de transmitir señales de movimiento en nuestros músculos: «Esto nos ha ayudado a comprender los mecanismos por los cuales los músculos reciben señales, pero también nos ha ayudado a comprender cómo es que estas señales pueden ser enviadas erróneamente, provocando enfermedades neuronales», aseguró.

El investigador describió que los científicos involucrados en este proyecto se encuentran buscando una toxina que afecta un canal iónico con el cual se comunican las células y que se expresa mucho en el cáncer de mama.



Expresó que, al parecer, una de las toxinas de los caracoles que están estudiando afecta de manera específica a este canal que es casi exclusivo de estas líneas celulares de cáncer de mama, lo cual generaría la posibilidad de usarlos como un fármaco antitumoral. 


Resultados 

Respecto a cuándo se podrán conocer los resultados, dijo que es muy difícil dar un tiempo determinado a este tipo de estudios, ya que pueden representar el trabajo de una vida entera, y señala que la sociedad debe saber que esto no es ciencia instantánea, que es el trabajo de muchas personas y que requiere tiempo: «No podemos definir cuándo podremos obtener nuestros resultados finales. Sabemos que de las toxinas que produce el reino animal, apenas se conoce menos del 0.1 por ciento del total de toxinas, con estructura y función», aclaró.



Algunas de estas toxinas ya están siendo probadas sobre modelos animales representando algunas enfermedades, aseveró Sergio Román, investigador nacional de Conacyt.

Román González es responsable de la Unidad de Proteómica en el Instituto Nacional de Genómica en la Ciudad de México.


En esta institución científica se llevan a cabo múltiples investigaciones que se están encaminando a la búsqueda de biomarcadores de enfermedades como cáncer, diabetes y glaucoma, entre otros padecimientos.


El Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) es el undécimo Instituto Nacional de Salud, fundado en el año 2004, durante la Administración del presidente Vicente Fox.



La creación de este Instituto es resultado del trabajo efectuado desde 2001 por el Consorcio Promotor del Instituto de Medicina Genómica, integrado por la UNAM, el Conacyt, de la Secretaría de Salud, y la Fundación Mexicana para la Salud. 

El principal objetivo de Inmegen es investigar el genoma humano de los mexicanos para crear una medicina más preventiva.

Sobre futuros proyectos, el investigador dijo que continuarán en la misma línea de conocimiento científico: «Creo que los proyectos enfocados a las toxinas darán muchos resultados en un futuro, y mi mayor ambición es participar en este tema hasta mi retiro», enfatizó el doctor en Ciencias.

Los caracoles marinos del género Conus, que están siendo analizados en este proyecto de investigación, están entre los depredadores más exitosos. Se conocen alrededor de 500 especies vivientes en todo el mundo. 

De acuerdo con la Academia Mexicana de Ciencias, los registros fósiles de estos caracoles indican que el género surgió hace cincuenta millones de años; es decir, después de la extinción de los dinosaurios. 

Generalmente habitan en arrecifes coralinos y en zonas intermareales que presentan suelos arenosos o rocosos, aunque existen especies que habitan profundidades mayores a los 400 metros.

Toxinas animales

De las toxinas que produce el reino animal, apenas se conoce menos del 0.1 por ciento del total de toxinas, con estructura y función.

Caracoles marinos

El veneno de los caracoles marinos del género Conus podría servir para generar un fármaco antitumoral.

Debate.

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