En New Braunfels (Texas, EE.UU.), un obstinado cachorro ha obligado a su familia a cargarlo de vuelta a casa luego de cada paseo nocturno.
De acuerdo con Marci Coryell, su perro Bleu ha adoptado la costumbre de derrumbarse al suelo y permanecer inmóvil cada vez que percibe que tiene que regresar a casa. A pesar de las súplicas de su dueña, que intenta arrastrarlo de su collar, el terco can —un cruce entre un gran Pirineo y un golden retriever— solo logra ser llevado adentro en brazos de su familia.
Su propietaria afirma que la desfachatez de Bleu ocurre todos los días desde hace tres meses pero "siempre" las hace reír. "Sabemos que lo va a hacer cuando doblamos la esquina hacia nuestra casa (…) No se moverá a menos que piense que está dando otra vuelta a la manzana", comentó Coryell.
