Muchas veces usamos expresiones sin tener conocer realmente su verdadero significado ni conocemos el contexto que originó dichas frases. Tal es el caso del insulto “¡vete al carajo!”.
Esta frase se originó en el ámbito marítimo. En los grandes barcos, en el mástil más grande se encuentra una especie de canastilla que solía ocupar un marinero que se dedicaba a vigilar lo que pasaba alrededor de la embarcación. Este sujeto es quien suele representarse en películas o en cuentos al gritar “¡Tierra a la vista!”. A esa canastilla se llama carajo.
Sin embargo, estar en el carajo era muy incómodo debido al frío que solía sentirse y por la altura del mástil, el movimiento del barco provocaba mareos en cualquier marinero. Por eso, se solía mandar castigado a algún miembro de la tripulación a ese sitio. Así el capitán indicaba “¡vete al carajo!”.
En el diccionario de la Real Academia Española, la palabra carajo originalmente hacía referencia al órgano sexual masculino.