En medio de la pandemia, nos dicen, quienes gastaron como si estuvieran en el fin de mundo fueron las autoridades de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, encabezadas por Carlos Morales (Morena), al haber adquirido 3 mil 834 contenedores para el manejo de residuos en 28 millones de pesos, lo que significó que cada “bote de basura” fue comprado 249 veces más caro que lo permitido por la Ley de Adquisiciones.
Pero eso no es todo, nos señalan, pues dicha compra, exhibida como irregular por la regidora Adriana Guillén, también causó escándalo al favorecer a la empresa Veolia (antes Proactiva), que ha sido acusada en el pasado de provocar contaminación del suelo y el aire.
El tema ha crecido tanto, nos añaden, que desde el Congreso local el diputado Salvador Camacho expuso que al escándalo se suma hostigamiento contra doña Adriana, quien ha sido víctima de violencia política de género por denunciar esta operación millonaria.
El Universal