México ocupa hoy el sexto lugar en casos confirmados de SARS-Cov-2 (378 mil 285), solo superado por Estados Unidos, Brasil, India, Rusia, y Sudáfrica, según el recuento de cifras oficiales que recaba y ordena la Universidad Johns Hopkins (https://bit.ly/39v3Qe2).
México ocupa hoy el 14o. lugar mundial en casos confirmados por millón de habitantes (sin contar países muy pequeños), según el listado de Our Word in Data (https://bit.ly/3eXVQmR).
También ocupa hoy el cuarto lugar mundial en muertes totales (42 mil 645), por detrás de Estados Unidos, Brasil y Reino Unido. La próxima semana nuestro país llegará al tercer lugar.
Hoy ocupa el lugar 13 en muertes por cada millón de habitantes. ¿Cómo paramos esta masacre provocada por la Covid-19? El Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, proyectó esta semana que, si hay un uso generalizado de cubrebocas entre los mexicanos (si lo usara el 95% de la gente), en lugar de las 103 mil muertes proyectadas originalmente para el 1º de noviembre, podría haber únicamente 74 mil 540 (https://bit.ly/3jDiN2d).
En caso contrario, si las medidas de liberación se siguen extendiendo con tintes de oniomanía colectiva (https://bit.ly/2WWeGV4), tal como está ocurriendo, y vienen nuevos rebrotes, como ya empieza a suceder, las muertes podrían elevarse hasta 124 mil 083. Casi 50 mil muertes más (49 mil 543). Estamos hablando, hoy, de salvar 50 mil vidas de aquí a noviembre. Así que hagamos sociedad y desacatemos a Andrés Manuel López Obrador y al doctor Hugo López-Gatell, con su terquedad, con su actitud inexplicable de no promover el uso masivo del cubrebocas.
¿En qué demonios les afecta usarlo y pedirle a lo población que lo use? ¿En serio alguien en Palacio Nacional cree que si el Presidente usa esa prenda vulnera la investidura presidencial, o da una imagen de debilidad?
Si lo usara cotidianamente, como los mandatarios europeos (que Marcelo Ebrard le enseñe fotos), estaría enviando un mensaje de responsabilidad, de liderazgo, de empatía, de respeto: uno se pone el cubrebocas, en primer lugar, para proteger a los demás de nuestros vapores y salivas.
Es un acto de generosidad, de civilidad, de urbanismo, de educación. De sanidad, de consideración a los demás. Cuando se cumplen cinco meses de esta pandemia (próximo lunes), y con los números de contagios y muertes que tenemos, es increíble que López-Gattel y Jorge Alcocer le hayan dicho al Presidente que no use cubrebocas… ¡porque no ayuda a evitar contagios! Qué vergüenza: eso es una mentira. Aquí van un par de enlaces: -Del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos: https://bit.ly/2WUWT0D.
De un caso colectivo ilustrativo en Missouri: https://bit.ly/2ZZqact Ignoremos al Presidente y a su subsecretario. Allá ellos y su irresponsabilidad. Usemos cubrebocas para evitar otro encierro. Fomentemos que los usen nuestros familiares, nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, todo mundo, porque prácticamente en cada farmacia, en cada super, en cada almacén, en cada mercado hay cubrebocas para vender. Y en línea, ni se diga: hay de todos precios, calidades, colores y diseños, desde los más profesionales hasta los más artesanales, tanto nacionales como importados. Si ellos no lo quieren hacer, nosotros usemos cubrebocas y salvemos hasta 50 mil vidas.
Allá ellos y su machismo. Allá ellos y su dogmatismo. Allá ellos y sus falacias… jp.becerra.acosta.m@gmail.com