Cuando una persona habla, expulsa partículas de saliva que, aún con un cubrebocas quirúrgico, tienen el potencial de contagiar a otro individuo el SARS COV2 por la carga viral, por lo que el cubrebocas juega un papel muy importante en el transporte público, destacan expertos.
Desde el 1 de junio, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, con la nueva normalidad, pidió a los usuarios evitar mantener conversaciones o hablar en sus traslados.
Sin embargo, es el único transporte que ha optado por esta una acción mediante una campaña informativa, pues ni en el Metrobús, ni otro sistema concesionado o del Gobierno ha pedido a los usuarios viajar callados.
La cantidad de partículas que se emiten al hablar y respirar en un lapso de cuatro minutos es la misma que cuando se tose por 30 segundos, aún con una mascarilla quirúrgica, explica un artículo de la revista Human Genomics.
La investigación refiere que la mascarilla que tiene más efectividad es la N95, que filtra el 99 por ciento de los aerosoles, es decir, las partículas que se emiten al hablar.
"Con el incremento de las mascarillas de tela es importante reconocer sus limitaciones. La eficacia de un cubrebocas de tela varía según el tipo de material que se usa.
"Los de un solo material, algodón, seda o lino, tienen una capacidad relativamente baja de capturar microorganismos", refiere la publicación.
Ante esto, es importante que el uso de cubrebocas no sea la única medida en la que se confíe para evitar contagios, pues esto puede dar una falsa percepción de seguridad, agregar el artículo.
Xavier Treviño, director de Céntrico y especialista en movilidad y transporte, explicó que por eso es importante que, en lugares cerrados, además del uso de cubrebocas, la gente viaje callada y las autoridades ventilen las instalaciones y las unidades.
"La evidencia ha ido estableciendo el papel cada vez más reconocido de los aerosoles para el contagio del Covid-19.
"Estas partículas tan pequeñas que quedan suspendidas las emitimos todos al estornudar y toser, pero también al hablar y al cargar potencialmente los virus puede ser contagioso. Mientras más alto hablamos, más emitimos", refirió Treviño.
Esto aplica a todo el transporte público, explicó a REFORMA, sin embargo, resulta más importante en sistemas aglomerados como el Metro. Con el cubrebocas, el silencio y la ventilación es posible reducir el riesgo de contagio.
"No hablar, o en el último de los casos hacerlo muy bajo, y durante muy corto tiempo es una forma de proteger a los demás", enfatizó el experto.
Amallely Morales