Incluso con la baja de Raúl Jiménez, mínimo por tres meses,
en la Selección Mexicana no consideran a Javier Hernández como un reemplazo, ni
siquiera de emergencia.
La cuestión no pasa por el pésimo nivel futbolístico del
Chicharito, que lo puede recuperar.
La negativa tiene que ver con que el ambiente en el Tricolor
ha mejorado muchísimo, ya no hay más “divas”, no se dan peticiones especiales y
no se hace diferencias entre “europeos” y mexicanos. Así que mientras regresa
Jiménez, que lo hará, la confianza caerá en gente como Henry Martín, Alan
Pulido y quizá hasta Santiago Giménez, si es preciso.
Fuente: El Universal