CDMX. Antonio ya tenía un ingreso a prisión y en plena Navidad, desapareció. Tras varios días de búsqueda, su familia encontró el cadáver del joven de 22 años, tirado en un barranco de la alcaldía Magdalena Contreras, en la Ciudad de México.
Todo comenzó cuando la noche del 24 de diciembre, Antonio Magos Mesa salió de su domicilio. Él le dijo a su familia que iría a ver a su novia, para pasar con ella la Noche Buena, en San Vicente Chicoloapan, Estado de México.
Esa fue la última vez que lo vieron con vida. Y es que al no regresar a casa, su hermano Eduardo de 31 años, se comunicó con la pareja de Antonio para saber si estaba con ella. Pero la mujer le dijo que no.
Al saber eso, Eduardo acudió a Rafael, un amigo de su hermano. Él le platicó que una semana antes, Antonio conoció por Facebook a una joven llamada Diana Reséndiz y que con ella pasó la Noche Buena en su casa, ubicada sobre la avenida Hidalgo, en la colonia El Tanque.
Sin embargo, también le comentó que cerca de las 4:00 de la mañana del día 25, el joven salió del domicilio de Diana en estado de ebriedad, y eso fue lo último que supo de él.
Enseguida, Eduardo y su papá José Jesús Magos Camargo, de 56 años, acudieron a levantar la denuncia por la desaparición de Antonio.
Tras una cita en la Agencia Especializada en Homicidios, en Azcapotzalco, los familiares vieron los videos de las cámaras de vigilancia de la zona donde vive Diana.
En las imágenes observaron que a las 4:01 de la mañana del día 25, Antonio salió de un domicilio de la colonia El Tanque, junto con la joven y otro hombre, quienes llevan a su familiar a la entrada a la barranca, ubica en la avenida Hidalgo y calle Cañada, pero ya no ven que él salga.
Por eso, la familia acudió ayer a ese lugar para buscar a Antonio. Y ahí, sobre un río, encontraron el cuerpo del joven. Se percataron de que era él por la ropa que vestía, y que era la que traía puesta desde la noche del 24 de diciembre que salió de su casa.
Al sitio llegaron bomberos y el personal de Servicios Periciales, sólo para trasladar el cadáver a la Coordinación Territorial MAC-1.
La familia mencionó a las autoridades que Antonio se dedicaba a la herrería y que por la pandemia del Covid-19 trabajaba con un amigo en una carpintería.
También comentaron que solía beber alcohol y consumir drogas, además de que ya tenía ingreso al Reclusorio Sur donde pasó siete meses de condena por el delito de robo a transeúnte.
EL Gráfico