Un ciudadano preguntó al Conacyt, a través del INAI, cuál era su relación laboral con John Ackerman y si le ha entregado algún tipo de financiamiento. En respuesta, recibió un documento en el que se le informó que el Doctor es responsable Técnico del proyecto “Democracia, Culturas Políticas y Redes Sociodigitales en una era de Transformación Social” y que en 2020 recibió 5 millones 817 mil 494 pesos. Pero se acota que “no recibió los recursos, sino la institución a la que se encuentra adscrito, en este caso la Coordinación de Humanidades en la UNAM”. El columnista Guillermo Sheridan ha dedicado diversos textos sobre el “Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad” (PUEDJS) que hospeda la UNAM bajo la dirección de Ackerman y ha documentado que el Conacyt otorgó financiamiento por cinco años al proyecto de las redes. Esos cinco milloncitos no quedan claro si sólo fueron para 2020 o para los cinco años. De cualquier modo, ya los quisieran decenas de investigadores.
¿Y qué hace tan ambicioso proyecto? En la página de la PUEDJS se presume un libro sobre la CNTE. Y en el informe, según, que también hizo “un laboratorio digital, una encuesta nacional, estudios de caso y documentales”. Presumimos que ese laboratorio es el Tlatelolco Lab en que han estudiado tres casos, todos publicados recientemente. Uno de ellos es “Los usos políticos de la pandemia. Narrativas y desinformación en México”, en el que analiza que hubo “grupos de intereses políticos y económicos con el objetivo de desestabilizar la estrategia gubernamental” en la pandemia, que López-Gatell fue “blanco de ataques”, y que hubo una “narrativa opositora” de gente muy mala. Cinco millones bien invertidos. ¿Quién, con su narrativa opositora, podría estar en desacuerdo?