El gobierno de
Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, anunció que invertirá
1.700 millones de dólares para mejorar su capacidad para atender los casos de
coronavirus, en busca de cambios genéticos, ante las nuevas y potencialmente
peligrosas variantes que están a punto de dominar la pandemia.
El financiamiento
procede de un paquete de ayuda de 1.9 billones de dólares, que fue aprobado en
marzo y ayudará a Estados Unidos a ponerse al día en materia de vigilancia
genómica, un área en la que se ha quedado muy atrás en relación con otros
países avanzados.
En un comunicado,
la Casa Blanca destacó que gracias a una inversión inicial de 200 millones
de dólares, ahora hay 29 mil muestras a la semana.
"A principios
de febrero, los laboratorios estadunidenses sólo secuenciaban unas 8 mil cepas
de covid-19 a la semana", indicó.
La nueva
financiación incluye mil millones de dólares para ampliar la capacidad federal
y estatal de expandir la vigilancia genómica; 400 millones de dólares para
crear seis centros de investigación de vanguardia; y 300 millones de dólares
para construir un sistema nacional para compartir y analizar datos.
Según un análisis
realizado por el Washington Post en diciembre, Estados Unidos ocupa el puesto
43 del mundo en cuanto a la capacidad de secuenciar los casos de coronavirus.
Este mes, la
variante detectada por primera vez en el Reino Unido se convirtió en la versión
más dominante del coronavirus.
También se teme el
aumento de otras variantes, como las encontradas por primera vez en Sudáfrica y
Brasil, que son más capaces de evadir los anticuerpos producidos en respuesta a
la cepa original.
Los fabricantes de
vacunas están probando actualmente refuerzos adaptados a las variantes, que
podrían estar disponibles hacia finales de año.