Ello se suma a la insistente petición de AMLO para que España se disculpe por los agravios durante la Conquista
(Proceso).– El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hizo escala en Madrid el 30 de abril –aprovechando su viaje a Rusia, centrado en el suministro de vacunas contra el covid-19–, para tratar de paliar el “enorme disgusto” del gobierno de Pedro Sánchez, al conocer que España está excluida de la ronda de invitaciones que el gobierno mexicano hizo a distintas naciones para que participen en las conmemoraciones emblemáticas que tienen lugar este 2021, entre ellas los actos por los 500 años de la caída de Tenochtitlan y los 200 de la consumación de la Independencia.
A principios de febrero, la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Arancha González Laya, hizo saber el profundo malestar que provocó tal exclusión, por conducto de la embajadora de México en España, María Carmen Oñate, quien lo comunicó a la Cancillería, confirmaron a Proceso por separado un exdiplomático español y un miembro del gobierno de la 4T, conocedores ambos del episodio y de otros que cruzan este anno horribilis para la relación bilateral.
A lo largo de 2021 hay 15 actos de las conmemoraciones emblemáticas. Sin embargo, el momento cumbre será la celebración de los 200 años de la consumación de la Independencia, el 27 de septiembre, y previamente el desfile cívico-militar del 16 de septiembre, para el que se prepara la participación de contingentes militares de varios países.
Tensión diplomática
Los diferendos del presidente Andrés Manuel López Obrador con España pasan por la carta que envió en marzo de 2019 al rey Felipe VI, en la que pide que admita la “responsabilidad histórica” de España por los “agravios causados” durante la Conquista y ofrezca “las disculpas o resarcimientos políticos” que eso suponga, como lo apunta la carta del mandatario, finalmente hecha pública en enero pasado.
Pero también la tensión que suponen las permanentes críticas del mandatario a las empresas españolas, y muy particularmente el caso de la energética Iberdrola, que ha sido centro de las puyas presidenciales en el marco de la reforma a la ley energética de su mandato, y por la presunta corrupción en la que dicha empresa se vio envuelta en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.
En esta visita, Ebrard buscó corresponder a la visita que González Laya hizo a México en noviembre pasado, en la que la ministra trataba de superar la crisis en la relación bilateral.
Aunque Ebrard también se reunió con el ministro de Transporte y Movilidad, José Luis Ábalos, y el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, el tema central de la visita era corresponder al gesto de la visita de González Laya a México, y tratar de bajar tensión a los desencuentros.
El comunicado que emitió la SRE tras el encuentro destacó que la ministra española reiteró “la voluntad de España de ser parte del ejercicio de conmemoraciones del Bicentenario de la Consumación de la Independencia de México”.
La postura de González Laya está en sintonía con el mensaje del rey Felipe VI, durante el saludo al Cuerpo Diplomático acreditado en España, el 28 de enero pasado, en el que el monarca llamó a México a “realzar un pasado común”, y reiteró su “firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos”.
“España –dijo en alusión a las conmemoraciones en toda América– desea acompañar activamente estas celebraciones que deben permitirnos no sólo realzar un pasado común, sino también y, sobre todo, reiterar nuestra firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos”, expresó.
Sin embargo, el gesto político del canciller mexicano con su visita no salvó la decisión del gobierno de López Obrador de no incluir a España en los festejos, y que mantiene su exigencia de que el Estado español pida un perdón oficial por los agravios cometidos durante la Conquista, como señala en su carta de marzo de 2019.