Un grupo de hombres armados secuestraron anoche y hoy a
140 estudiantes en el noroeste de Nigeria, sostuvo un profesor, siendo
éste el último episodio de una larga serie de acciones de este tipo contra
centros educativos y que han puesto la alarma en la población y autoridades del
país africano.
Los atacantes escalaron una verja para acceder al internado
del colegio Bethel Secondary School, en la localidad de Chikun, del estado de
Kaduna, donde dormían un total de 165 alumnos.
"Los asaltantes se llevaron a 140 estudiantes, y
25 lograron escapar", dijo en AFP Emmanuel Paul, un profesor de la
escuela.
El portavoz de la policía del estado de Kaduna, Mohammed
Jalige, confirmó el ataque esta mañana, pero no ofreció detalles sobre el
número de estudiantes raptados.
"Equipos tácticos de la policía han ido tras los
secuestradores. Todavía estamos en la misión de rescate", afirmó.
Alrededor de mil estudiantes han sido secuestrados en
diferentes estados nigerianos. La mayoría fueron liberados tras
negociaciones con autoridades locales, pero algunos siguen retenidos.
Grupos criminales que las autoridades denominan
"bandidos" aterrorizan las poblaciones del noroeste y centro del país
más poblado de África, atacando poblados, robando ganado y secuestrando a
personalidades locales o viajeros para cobrar rescate.
Desde comienzos de este año, parecen haberse fijado como
blanco escuelas, institutos y universidades.
Operan desde campamentos situados en el bosque de Rugu, que
se extiende por los estados nigerianos de Zamfara, Katsina y Kaduna, así como
por Níger.
Aunque actúan impulsados por el afán de lucro, algunos
son cercanos a grupos yihadistas presentes en el noreste de Nigeria, a
cientos de kilómetros de distancia.
La serie de ataques y secuestros que se acentúa en Nigeria
Se trata del tercer ataque importante perpetrado en
Kaduna en los últimos tres días y el cuarto secuestro de estudiantes desde
diciembre. El gobernador de ese estado, Nasir Ahmad El Rufai, ha sido uno
de los líderes vocales que más ha insistido en no pagar rescates a los grupos
armados.
Ayer, al menos ocho empleados de un hospital de ese estado
fueron secuestrados, según la policía, a pesar de que fuentes locales afirman
que fueron 15 los secuestrados.
Siete personas murieron en ataques anoche en localidades
vecinas, informó Samuel Aruwan, encargado de seguridad del gobierno de Kaduna.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, un ex general en
el poder desde 2015, prometió terminar con la actividad de estos grupos
criminales, pero estos secuestros masivos son solo uno de sus múltiples
desafíos.
Las fuerzas de seguridad nigerianas combaten desde 2009 la
insurgencia yihadista en el noreste del país, un conflicto que ha matado 40 mil
personas y ha desplazado a dos millones.