En Tailandia, un hambriento elefante macho fue noticia hace unos días luego de destrozar la pared de la cocina de una casa y robar una bolsa de arroz en el distrito de Hua Hin. Un semana después, Plai Bunchuay, como se le conoce, regresó a sus andanzas, invadiendo otra vivienda del sector también en busca de alimento.
En la madrugada del pasado domingo, Natthakan Charoendong escuchó ruido proveniente del exterior de su hogar y luego de llegar al porche se sorprendió al ver al paquidermo, que estaba entretenido masticando comida de gato que había encontrado. Luego de disfrutar del refrigerio, el animal abandonó el domicilio, esta vez sin provocar daños materiales, y se dirigió de nuevo al bosque.
"Reconocí al elefante, lo vimos en las noticias, así que estábamos un poco emocionados y sorprendidos al mismo tiempo (…) Debe de tener hambre y por eso vaga por las aldeas de nuevo. Es un animal inteligente, pero también da miedo", dijo en una entrevista Natthakan.
El 20 de junio, otra familia de la zona descubrió a Plai Bunchuay rebuscando la despensa de su cocina con su trompa a través de un gran agujero en la pared. Esa no fue la primera vez que el elefante aparecía en Hua Hin, ya que la dueña de ese domicilio aseguró que dos meses atrás merodeó el área, pero sin causar daños materiales.
Según datos estimados, en Tailandia hay aproximadamente 2.000 elefantes salvajes que en ocasiones ingresan a las zonas residenciales y provocan disturbios. Expertos locales creen que los hábitos alimenticios de estos ejemplares han cambiado en tanto ha aumentado su contacto con los humanos. "No es porque el elefante tuviera mucha hambre, ya que la comida en la selva se ha mantenido igual (...) Les ha comenzado a gustar los alimentos que come la gente", opina Supanya Chengsutha, oficial de conservación.