Pilar Villarraga pasó gran parte del verano contando los días para el cumpleaños de su hija. A principios de agosto, Sophia cumpliría 12 años y podría recibir la vacuna contra la COVID-19. “No quería que regresara a la escuela sin la vacuna”, comentó Villarraga, quien vive en Doral, Florida.
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Pero a fines de julio, justo dos semanas antes del gran acontecimiento, Sophia contrajo el coronavirus. Al principio solo tenía fiebre, sin embargo el 25 de julio, después de cuatro días tranquilos de convalecencia en casa, le empezaron a doler las costillas. Al día siguiente, Villarraga la llevó a la sala de urgencias donde una placa de rayos X reveló que Sophia tenía neumonía. Pronto comenzó a toser y a escupir sangre.
Sophia fue internada de inmediato en el Hospital Infantil Nicklaus, en Miami. Sus padres y amigos estaban consternados. “No sabía que los niños pudieran enfermarse tanto”, comentó Villarraga.
Sin embargo, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), Sophia era uno de los 130 niños con COVID-19 que fueron internados en algún hospital de Estados Unidos ese mismo día. Desde principios de julio, esa cifra ha estado aumentando. Del 31 de julio al 6 de agosto, 216 niños con covid estaban siendo hospitalizados cada día; en promedio, casi igualaban los 217 ingresos diarios del pico de la pandemia de principios de enero.
Los hospitales en los epicentros del coronavirus se han visto más afectados. La semana pasada, en un solo día, el Hospital Infantil de Arkansas, en Little Rock, tenía 19 niños hospitalizados con covid; el Hospital Infantil Johns Hopkins, en San Petersburgo, Florida, tenía 15, y el Hospital Infantil de la Misericordia Kansas City, en Misuri, tenía 12. En todos había varios niños en la unidad de terapia intensiva.
Estas cifras han generado preocupación ante la posibilidad de que podría estar cambiando lo que parecía un pequeñísimo consuelo: que el COVID-19 casi no afectaba a los niños. Algunos médicos en la primera línea de batalla afirman que están viendo a más niños graves de los que vieron en cualquier momento anterior a la pandemia y que es probable que eso se deba a la variante delta, que es altamente contagiosa.
“Todos estamos un poco inquietos por la posibilidad de que la variante delta de alguna manera pueda ser, de hecho, más peligrosa para los niños”, señaló Richard Malley, pediatra especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital Infantil de Boston.
Sophia contrajo covid dos semanas antes de cumplir 12 años, cuando los niños son elegibles para recibir la vacuna.
Sophia contrajo covid dos semanas antes de cumplir 12 años, cuando los niños son elegibles para recibir la vacuna.Credit...Alfonso Duran para The New York Times
Los científicos mencionaron que la mayoría de los niños con COVID-19 presentan síntomas leves y aún no existen pruebas suficientes para concluir que la delta cause que los niños se enfermen de mayor gravedad que con otras variantes.
Lo que es evidente es que la conjunción de factores —que incluyen la transmisibilidad de esta variante y el hecho de que las personas menores de 12 años todavía no sean candidatas a recibir la vacuna— está ocasionando la hospitalización de más niños, sobre todo en las zonas de Estados Unidos donde el virus está en ascenso.
“Si hay más casos; entonces, desde luego en algún momento se filtra a los niños”, comentó Malley.
El aumento de los casos
Algunos hospitales infantiles tenían la esperanza de que fuera un verano tranquilo. Muchos virus que son muy comunes en los niños son menos frecuentes durante los meses más cálidos y las tasas de covid a nivel nacional habían estado bajando durante la primavera.
No obstante, el mes pasado, cuando se propagó la variante delta, eso comenzó a cambiar.
“A principios de julio empezó a ascender el número de pruebas positivas de covid”, aseguró Marcy Doderer, presidenta y directora general del Hospital Infantil de Arkansas. “Y fue entonces cuando comenzamos a ver que los niños se estaban enfermando”.
Las vacunas son eficaces contra esta variante —y ofrecen buena protección para no enfermarse de gravedad ni fallecer—, pero los niños menores de 12 años todavía no son candidatos a recibirla. Así que conforme más adultos se vacunan, los niños constituyen una parte cada vez mayor de los casos de covid; según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés). Entre el 22 y el 29 de julio representaron el 19 por ciento de los casos nuevos reportados.
“Son los que no están vacunados”, señaló Yvonne Maldonado, pediatra especialista en enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y presidenta del Comité para Enfermedades Infecciosas de la AAP. “Ahí estamos viendo todos los nuevos contagios”.
Según esta asociación, del 22 al 29 de julio, se reportaron cerca de 72.000 casos nuevos de covid en niños, casi el doble de los de la semana anterior. En julio, en el Hospital para Todos los Niños Johns Hopkins, 181 niños dieron positivo en el virus, a diferencia de solo 12 en junio.
La mayoría de los niños presentan síntomas relativamente leves, como escurrimiento y congestión nasal, tos y fiebre, señaló Wassam Rahman, director médico del centro de urgencias pediátricas de ese hospital. “La mayoría de los niños no se ponen graves”, comentó. “La mayor parte de ellos se van a casa y reciben tratamiento preventivo en el hogar. Pero, como ustedes se imaginarán, las familias están asustadas”.
Un pequeño porcentaje sí desarrolla la enfermedad grave y llegan al hospital con neumonía o con dificultad para respirar.
De los 15 niños con COVID-19 que fueron hospitalizados en el Hospital Infantil de Nueva Orleáns a fines de la semana pasada, cuatro, incluido un bebé de 3 meses, estaban en cuidados intensivos, dijo Mark Kline, médico en jefe del hospital. Ninguno de los niños, incluidos los ocho que tenían la edad para ser elegibles, había sido vacunado.
“Esta variante delta de COVID-19 es la peor pesadilla de un especialista en enfermedades infecciosas”, dijo Kline. “Y no hay indicios de que haya comenzado a estabilizarse”.
Algunos de los niños hospitalizados tienen otras enfermedades crónicas, como diabetes o asma, que pueden volverlos más vulnerables al covid, pero los médicos afirmaron que también tienen pacientes muy graves sin factores de riesgo evidentes.
Villarraga, la madre de Sophia, quien formaba parte de los equipos de pista y campo de su escuela, afirma que su hija era una chica sana y activa antes de contraer covid. Sus padres se sorprendieron por lo rápido que se deterioró.
“Se puso muy mal de un momento a otro”, afirmó Villarraga. “Pensé que podría perder a mi hija”.
Luego de que internaron a Sophia, los médicos comenzaron a darle tratamiento con el antiviral remdesivir, así como antibióticos, esteroides y un anticoagulante.
“De ahí en adelante fue cosa de avanzar día con día”, comentó Villarraga. “Poco a poco fue mejorando”.
Se espera que, al igual que la mayoría de los niños con covid, Sophia se recupere por completo, comentó su madre. (Tal vez un pequeño porcentaje de los niños experimenten síntomas persistentes a largo plazo, a lo que con frecuencia se le denomina covid prolongado). La dieron de alta el 31 de julio y celebró su cumpleaños varios días después, en casa con un pastel de helado.
Haylee Ramos, de 10 años, recibe una prueba con hisopo covid en un sitio de prueba móvil alojado por el Departamento de Salud del condado de Manatee en Palmetto, Florida, en agosto.
Haylee Ramos, de 10 años, recibe una prueba con hisopo covid en un sitio de prueba móvil alojado por el Departamento de Salud del condado de Manatee en Palmetto, Florida, en agosto.Credit...Octavio Jones/Reuters
Diferencias de la variante delta
A Villarraga no le dijeron si Sophia tenía la variante delta, pero los CDC calculan que más del 80 por ciento de los casos nuevos en Estados Unidos son provocados por esta variante y los médicos afirmaron que es evidente que eso es lo que está generando el aumento de contagios en los niños.
Lo que todavía no se sabe es si los niños infectados con delta se están enfermando más que si se hubieran contagiado con una variante diferente, ni tampoco si la delta, que es casi el doble de contagiosa que el virus original, es tan patógena que se están enfermando muchos niños más.
Existen pruebas incipientes —la mayoría procedentes de datos en la población de adultos— de que la delta puede provocar una enfermedad más aguda. Por ejemplo, algunos estudios en Canadá, Escocia y Singapur han propuesto, de maneras diversas, que es más probable que la delta origine hospitalizaciones, ingresos a las unidades de terapia intensiva y fallecimientos.
Pero, según los especialistas, estas investigaciones son preliminares y aún no se cuenta con datos suficientes sobre la gravedad de los casos de la delta en niños.
“No existen pruebas fehacientes de que la enfermedad sea más grave”, aseveró Jim Versalovic, patólogo jefe y pediatra interino en el Hospital Infantil de Texas, donde alrededor del diez por ciento de los niños dan positivo por el virus, en comparación con el tres por ciento en junio. “Es cierto que estamos viendo casos graves, pero hemos recibido casos graves durante toda la pandemia”.
Pese a que no todos los estados proporcionan informes sobre sus tasas de niños hospitalizados, los datos disponibles indican que han permanecido prácticamente constantes durante meses. Según datos de la AAP, a nivel nacional, más o menos el 1 por ciento de los niños contagiados con el virus terminan en el hospital y el 0,01 por ciento fallece. Tanto las hospitalizaciones como los decesos han disminuido desde el verano pasado.
Desde luego, sigue siendo posible que la delta sea la causante de que los niños se enfermen de mayor gravedad. Las tasas de hospitalización, las cuales son un indicador retardado, podrían aumentar en las próximas semanas o meses. Además, el síndrome inflamatorio (poco frecuente, pero grave) que se presenta en algunos niños con Covid-19 puede tardar semanas en aparecer.
“En realidad, creo que el tiempo lo dirá”, dijo Rahman. “Necesitamos al menos un mes, tal vez dos meses antes de tener una idea de las tendencias”.
Pero en el Reino Unido, donde delta arrasó con la población antes de que la variante se generalizara en Estados Unidos, los expertos dicen que no han visto evidencia clara de que la variante esté enfermando más a los niños.
“Hubo una ola, hubo niños que se enfermaron”, dijo Elizabeth Whittaker, especialista en inmunología y enfermedades infecciosas pediátricas en el Imperial College de Londres. “Pero nunca dijimos: ‘Dios mío, esto es muy diferente, y preocupante’”.
Una variante muy agresiva
Independientemente de si la delta resulta ser más grave o no, la variante está impulsando un aumento de nuevas infecciones tanto en niños como en adultos, especialmente en las zonas donde la cobertura de la vacuna es baja. “Las tasas entre los niños están aumentando porque las tasas entre los familiares no vacunados en sus hogares están aumentando”, dijo Maldonado.
Y más niños infectados significa más niños hospitalizados. “En este momento es un juego de números”, dijo Versalovic.
Para empeorar las cosas, muchos hospitales también reportan un aumento muy inusual de niños con virus respiratorio sincitial (RSV, por su sigla en inglés), una enfermedad contagiosa parecida a la gripe que suele aparecer en otoño e invierno. Esos casos fueron anormalmente bajos el invierno pasado, probablemente debido a los encierros y las precauciones pandémicas, pero los casos han aumentado a medida que los funcionarios levantan las restricciones y los niños comienzan a mezclarse.
A fines de la semana pasada, el hospital Children’s Mercy de Kansas City tuvo casi tres veces más casos de RSV que pacientes de covid, mientras que el Texas Children’s registró casi 1500 pruebas positivas de RSV en los últimos 90 días, dijeron los funcionarios del hospital.
“Eso ha creado un aumento doble”, dijo Versalovic. “Como ambos virus circulan ampliamente, estamos viendo un impacto mucho mayor”.
La combinación de RSV y covid ha hecho que el Hospital de Niños de New Orleans llegue al máximo de su capacidad. “No hemos tenido una cama vacía en ninguna de nuestras unidades de cuidados intensivos en seis semanas”, dijo Kline.
Aún no está claro cuándo es que los niños menores de 12 años serán elegibles para la vacunación pero, mientras tanto, los expertos dicen que la mejor manera de reducir el riesgo para los niños y aliviar el estrés en los hospitales es que los niños mayores y los adultos se vacunen porque eso ayudará a frenar la propagación de la variante delta.
“La manera más segura de no tener que estudiar si la delta es más agresiva con los niños que la cepa original es mejorar realmente la vacunación”, dijo Malley.
NYT / Susan C. Beachy colaboró con la investigación.