Vivir rodeado de lujos es el sueño de muchas personas alrededor del mundo, pero hay personas para las que el verdadero éxito no viene de lo material, sino de la realización personal, y ese es el caso de quien fuera Miss Ghana, Hamamat Montia.
Esta mujer, de 33 años de edad, no se sentía plena rodeada de atenciones y lujos, por lo que no dudó en tomar a sus hijas, empacar sus cosas y regresar a la aldea en la que creció.
Hamamat Montia comenzó su carrera en el modelaje a muy temprana edad. Debido a su belleza no tardó en convertirse en Miss Malaika, y en 2007 se coronó como la ganadora del certamen Miss Ghana, el cual la llevó a participar en Miss Universe Africa, cambiándole completamente la vida.
La fama y las grandes cantidades de dinero comenzaron a llegar a esta mujer, y cualquiera pensaría que eso la haría feliz, pero resultó lo contrario.
Tras comenzar a darse una gran vida, la separación con su esposo y padre de sus dos hijas, le hizo pensar que tal vez no estaba en el lugar correcto, así que decidió regresar a sus orígenes y volver a su aldea en Ghana.
Este cambio tan drástico no fue nada fácil para ella ni sus hijas, pero la familia no dejó sola a Hamamat. Al ver que tenía necesidades económicas, comenzaron a llevarle comida, la ayudaron a instalarse en la aldea y adaptarse a su nueva vida. Aquellos que se decían sus “amigos” cuando tenía dinero, le dieron la espalda.
La modelo decidió no hacer casos a las críticas que provocó su decisión y siguió adelante con su nueva vida.
Pronto, Montia mostró interés en la producción de manteca de karité, la cual se realizaba en el lugar, y que tiene grandes beneficios, así que no tardó en aprender todo sobre su producción y terminó emprendiendo un negocio con este producto.
Hamamat African Beauty es la marca de su línea de belleza, donde el producto principal es la keratina artesanal, la cual ya se vende en todo el mundo. Ahora, esta mujer es una empresaria a la cual contactan varias marcas, además de que abrió el primer museo sobre la manteca de karité.
