Pareja se sorprendió al aterrizar en tierras francesas, según ellos habían abordado avión hacía Copenhague.
“El impacto de aterrizar en algún lugar cerca de París cuando se suponía que irías a Copenhague fue ridículo”, expresó Simón; afectado de esta situación junto con su pareja.
La pareja se vio afectada por el caos de Navidad cuando se encontraban en el aeropuerto Manchester; por ello personal de la aerolínea Ryanair los acompañó hasta las escaleras donde se encontraban las pistas de despegue.
Simon y Emma comentaron que caminaron hacía el único avión que se encontraba casi listo para despegar, después de que el personal revisará sus respectivos pasaportes.
“Intentamos mostrar nuestros boletos de abordaje a un miembro de la tripulación de la cabina”, afirmó Simón; sin embargo, este los tranquilizó y les pidió que tomaran asiento.
La pareja narra que antes de subir al avión tres trabajadores de la aerolínea Ryanair les preguntaron si estaban ahí para viajar a Copenhague. “Subimos y solo había otros seis pasajeros, lo cual no fue sorprendente porque muchas personas estaban perdiendo vuelos”, señalaron.
«Nuestros números de asiento estaban libres, así que nos sentamos», revelaron.
Al aterrizar la pareja se dio cuenta que estaban en Beauvais, Francia. Esto después de que fueran recibidos con un caluroso “bonjour” en el control de pasaportes.
«Eran más de las 11 de la noche y Francia no permitía la entrada de viajeros del Reino Unido a partir de la medianoche, por lo que nos aconsejaron reservar un hotel rápidamente», explicó Simon.
Los afectados se pusieron en contacto con Ryanair al día siguiente para solicitar unos boletos de regreso a casa. Después de esto, la aerolínea les pidió que llenaran un formulario de queja virtualmente.
Al no recibir ninguna solución, los turistas tuvieron que permanecer un fin de semana en Francia, donde finalmente pudieron comprar sus vuelos de regreso en la aerolínea Easyjet.
“Si pones a los pasajeros en el avión equivocado al país equivocado, esperas una disculpa”, argumentó Simón, además de pedirle a la empresa el reembolso del dinero que se vio obligado a gastar en vuelos, hoteles y taxis.
De acuerdo con el afectado, durante su estadía en tierras francesas desembolsó más de 930 libras esterlinas, que traducido en pesos son 25,913.46.
En su defensa, la aerolínea Raynair refutó que a lo largo del viaje hay personal que informa al pasajero sobre el destino de su avión, incluido un sistema de comunicación con megafonía dando la bienvenida a bordo.
Finalmente la pareja asegura que ha llamado a la aerolínea en repetidas ocasiones y que pese a que han llenado los formularios virtuales donde su queja aparece como”resuelta”; no han recibido ninguna respuesta e incluso les colgaron.