El Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) dio inicio en la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, ubicado en el nororiente del estado de Yucatán. Este proyecto se lleva acabo a través de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Mediante el Promeza se desarrollarán trabajos arqueológicos en la Acrópolis de la zona arqueológica, abarcando acciones de conservación, restauración y consolidación de monumentos de este sitio patrimonial perteneciente a la cultura maya. Cabe mencionar que se espera una inversión de 25 millones de pesos y darán empleo temporal a 80 personas, entre especialistas y gente de las comunidades de Ek’ Balam, Temozón y Valladolid.
El proceso tendrá una duración de 12 meses, donde las, los investigadores y restauradores intervendrán los monumentos arqueológicos, ya que buscarán principalmente solucionar problemas de conservación de dicho sitio. La zona arqueológica se abrió al público hace 21 años, después de una extensa labor de restauración.
Las tareas de investigación y restauración quedaron a cargo de la arqueóloga Leticia Vargas de la Peña, del arqueólogo Víctor Castillo Borges y de la restauradora Alejandra Alonso Olvera.
Lo que entra inmediatamente para restauración, es la fachada con la representación del monstruo de la tierra y de elementos de gran importancia para dicho sitio patrimonial. Para lo cual implica trabajos interdisciplinarios, basados en los criterios de mínima intervención, retratabilidad, reversibilidad, compatibilidad de materiales y estabilidad en los bienes, así como la diferenciación de las intervenciones respecto de los elementos originales.
Alonso Olvera aseguró que los recursos del Promeza, destinados a fortalecer la infraestructura de los sitios colindantes a la ruta del Tren Maya, agilizarán estas tareas.
“Teníamos tratamientos de conservación y de restauración que, por un tiempo y con apoyo de sistemas auxiliares, como cubiertas de protección y aerodrones, evitaron la pérdida de materiales originales. Algunas de estas intervenciones, hechas a lo largo de dos décadas, mostraron signos de daño, alteración o falla a causa de las lluvias, de modo que hemos reemplazado muchas de ellas“, comentó.
Las primeras acciones consistirán en eliminar y retirar con vapor de agua a presión la microflora de las fachadas con mayores escurrimientos pluviales, pues las cubiertas se dañaron con los fuertes vientos y la lluvia continua”. La especialista indica que el desarrollo de algas y hongos, más allá de producir manchas, origina daños químicos significativos en las superficies de los elementos decorativos.
Los bienes arquitectónicos de Ek’ Balam derivan de la extracción y el procesamiento de piedra caliza de excelente calidad. En ese sentido, los relieves derivados de la técnica conocida como estuco del Sak Xok Naah se crearon con cal proveniente de piedra caliza quemada y arenas del mismo origen. Por eso, la materia prima usada en las restauraciones es cal química de gran pureza, la cual se produce en Yucatán.
Remontándonos en la historia, Ek’ Balam, que significa “Lucero-Jaguar”, tuvo su apogeo en el periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.), y posiblemente fue sede del reino de Talol. Fue el gobernante Ukit Kan Le’k Tok’ (770-801 d.C.) quien mandó a edificar la mayor parte de la Acrópolis, siendo el Sak Xok Nahh su sepulcro, donde fue acompañado con una ofrenda compuesta por más de siete mil piezas.