La Cámara de Diputados aprobó cambios a la ley del IMSS tras años de lucha de las empleadas del hogar organizadas. Al ser inscritas al instituto, contarán con ahorro para una pensión, incapacidades y guarderías, entre otros beneficios
Este jueves, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó por 486 votos a favor y una abstención un paquete de reformas a la Ley del Seguro Social (LSS) para establecer que toda persona que contrate a una trabajadora del hogar tiene la obligación de inscribirla al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El proyecto podría beneficiar a más de dos millones de personas que se dedican a estas labores.
Marcelina Bautista, fundadora y directora del Centro Nacional para la Capacitación Profesional y Liderazgo de las Empleadas del Hogar (Caceh), no pudo esperar a que la presidenta en turno de la Mesa Directiva, la diputada Karla Yuritzi Almazán (Morena), terminara de decir: “Aprobado en lo general y en lo particular” y gritó “¡Justicia, justicia! ¡Lo logramos: seguridad social para trabajadoras del hogar!”. Y sus compañeras la acompañaron en el coro.
México es el segundo país con más empleadas del hogar en el continente, con casi 2.3 millones de personas dedicadas a esa ocupación, 92% mujeres y 8% hombres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Brasil es el país con más trabajadoras en ese sector y Estados Unidos, el tercero.
La reforma, que ya fue avalada por el Senado en marzo pasado, adiciona el capítulo XI a la LSS, dedicado a las personas empleadas del hogar. En el artículo 239-A define quiénes serán consideradas trabajadoras del hogar y reconoce tres diferentes modalidades laborales: de entrada por salida, de planta o de quedada y empleo en diferentes domicilios.
El artículo 239-C es el que indica la obligación de la persona empleadora de inscribir a la trabajadora al IMSS. Quien la contrata realiza el trámite de afiliación, aporta su cuota patronal, retiene la cuota de la trabajadora con base en el cálculo que indique la página del instituto y abona ambos montos. Al concluir el proceso legislativo, la reforma pasó al Ejecutivo para su promulgación.
Al contar con seguridad social, las trabajadoras pueden acudir a consultas médicas en las clínicas del IMSS y recibir medicamento gratuito ellas y sus familias, pero no es sólo eso. Tienen los cinco seguros que prevé la LSS, uno de ellos es el seguro de enfermedad y maternidad, por lo que pueden ser internadas o dar a luz en sus hospitales.
Con el seguro de riesgos de trabajo tienen atención médica, fármacos, hospitalización, rehabilitación, prótesis, incapacidad pagada y otros beneficios. El seguro de invalidez y vida les garantiza una pensión para la trabajadora en caso de que por un accidente ya no pueda seguir laborando o, si fallece, le deja una pensión a su familia.
Otro de los seguros es el de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez. Con éste van ahorrando para que, una vez que cumplan la edad y las semanas de cotización requeridas, puedan jubilarse. El quinto seguro es el de guarderías y prestaciones sociales, con él sus hijas e hijos reciben cuidado profesional y alimentación mientras ellas trabajan.
Es una gran noticia, pero falta más
El dictamen “tiene un significado histórico para México”, dijo en tribuna la diputada Angélica Cisneros Luján (Morena), presidenta de la Comisión de Seguridad Social. Sienta “las bases normativas para la incorporación de un sector de personas trabajadoras que históricamente habían sido discriminadas e invisibilizadas para la ley”.
En 2019, las trabajadoras del hogar organizadas lograron una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), donde el Congreso les reconoció derechos laborales básicos como una jornada de ocho horas, vacaciones, aguinaldo y seguridad social obligatoria. Sin embargo, hacía falta la modificación a la ley del IMSS.
También desde ese año, el instituto puso en marcha un programa piloto de afiliación para ese sector, para el cual tuvo que crear todo un esquema diferente al que operan para la mayoría de trabajos subordinados. Ha habido dos fases de dicho programa. El organismo entregó al Congreso los resultados de la prueba para que el Poder Legislativo pudiera diseñar la reforma.
Hasta el momento, apenas el 2% de las casi de 2.3 millones de trabajadoras están afiliadas a esa prueba piloto. Se esperaría que al menos esas 52,060 personas continuarán afiliadas ahora en el esquema obligatorio.
Es una reforma histórica, conseguida por décadas de lucha de las trabajadoras del hogar, con el apoyo de legisladoras aliadas, activistas y funcionarias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, aún quedan pendientes y sabor agridulce.
El Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (Sinactraho) había pedido eliminar el artículo 239-B de la redacción propuesta para la LSS, el cual señala que quienes lleven a cabo esta labor “de manera esporádica” no serán consideradas empleadas del hogar. Según el Sinactraho, esto afectará a las mujeres que no pueden conseguir a más de una persona o familia que requiera sus servicios.
También ha demandado que no sea requisito el salario base de cotización, pues a muchas trabajadoras les pagan menos de un salario mínimo, principalmente quienes viven en los estados del país. Para combatir esa violación a sus derechos laborales también han solicitado medidas de verificación y apoyo para denunciar.