(CNN) -- Una cadena de restaurantes de sushi decidió demandar a un estudiante de secundaria por 67 millones de yenes (US$ 480.000) después de que unas imágenes en las redes sociales le mostraran lamiéndose el dedo y tocando un plato de sushi cuando pasaba por delante de él en la cinta transportadora, informó la agencia de televisión pública japonesa.
Akindo Sushiro Co., que gestiona la cadena de restaurantes Sushiro, afirma haber sufrido una fuerte caída de clientes después de que las imágenes de sus acciones en un establecimiento Sushiro de la ciudad de Gifu se hicieran virales, según la cadena japonesa NHK.
En las imágenes del estudiante también se le veía lamiendo una botella de salsa de soja y una taza que luego volvía a colocar en una pila común.
El breve clip fue ampliamente compartido en Japón y forma parte de una serie de videos similares —incluso en algunos de los competidores de Sushiro— que contribuyeron a dar origen al término "terrorismo del sushi".
El término se utiliza para referirse a acciones antihigiénicas en los restaurantes japoneses de sushi en tren, donde los clientes cogen los platos de las cintas transportadoras.
Akindo Sushiro Co. presentó la demanda ante el Tribunal de Distrito de Osaka. Afirma haber perdido unos 16.000 millones de yenes (US$ 115 millones) tras la publicación del video, debido a un fuerte descenso de la clientela y a la caída de las acciones de su empresa matriz, informó NHK.
Según NHK, el abogado del estudiante escribió al tribunal en mayo para pedirle que desestimara la demanda. La agencia afirmó que el estudiante había admitido los hechos y lamentado sus acciones, pero añadió que no existían pruebas de la relación entre sus acciones y la caída de la clientela de la cadena de sushi. Sugirió que el descenso de clientes podría deberse a la feroz competencia en el sector, informó NHK.
Akindo Sushiro Co. dijo a CNN que se abstendría de dar detalles del caso porque estaba en proceso de apelación.
Añadió que las circunstancias que dieron lugar a la demanda demostraban que se tomaba en serio las conductas que socavaban su relación de confianza con los clientes y que estaba dispuesta a tomar medidas estrictas tanto por la vía penal como por la civil.
