Usar la luz para enviar datos, sin cables. A grandes rasgos, es la propuesta del Li-Fi, una tecnología con potencial para destronar al Wi-Fi. Sin embargo, conviene señalar que los diversos tipos de conexión inalámbrica —5G incluido— convivirán con sus fortalezas y debilidades.
Hay novedades en este terreno. Esta semana, el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) agregó el estándar 802.11bb para las comunicaciones inalámbricas basadas en la luz. El paso fue celebrado por las empresas que impulsan la adopción del Li-Fi. Estas destacan sus beneficios en relación con el empleo de frecuencias de radio (RF) para el viaje de los datos.
La gran promesa del Li-Fi es ofrecer una velocidad 100 veces superior a la del Wi-Fi. ¿Cómo lo logra y cuáles son sus falencias? A continuación, proponemos el repaso de 5 datos que deberías conocer sobre esta propuesta que procura conseguir mayor visibilidad e interoperabilidad con los sistemas ahora disponibles.
Li-Fi: 5 datos sobre la prometedora conectividad inalámbrica
Más que un reemplazo de cuajo, la tecnología que acaba de recibir impulso gracias a la IEEE evoluciona para ofrecer soluciones híbridas. Tal como revisaremos en las siguientes líneas, el listado de características del Li-Fi revela que podría mejorar aquellos aspectos en los que el Wi-Fi flaquea.
¿Qué significa Li-Fi?
Las siglas refieren a “light fidelity”. La terminología se empleó por primera vez en una conferencia TED de 2011. En la ocasión, Haral Hass, profesor de la Universidad de Edimburgo, señaló que la luz puede emplearse para el envío de datos.
¿Cómo funciona?
En términos resumidos, se emplean luces que parpadean a una velocidad que el ojo humano no percibe. Las alteraciones ocurren en nanosegundos. Un fotoreceptor identifica esos patrones y se conecta a los dispositivos. Ese equipo debe colocarse en un sitio al que llegue la luz.
¿Qué ventajas ofrece respecto al Wi-Fi?
Esta tecnología presenta beneficios de relevancia respecto al tipo de conexión inalámbrica más popular. Tal como indicamos anteriormente, es 100 veces más veloz en comparación con el Wi-Fi. En las pruebas, se alcanzaron velocidades en torno a los 224 Gbps.
Además, tiene menor latencia (retardos temporales que afectan la experiencia de navegación). Otro aspecto a destacar es la seguridad. Los defensores del Li-Fi señalan que, al operar a través de la luz, se evitan intrusiones por parte de atacantes.
Hay que notar, además, que los módulos que se colocan en los dispositivos con cada vez más pequeños. Esa es una buena noticia para la inclusión de tecnología Li-Fi en equipos portátiles, especialmente en los teléfonos móviles.
¿Cuáles son sus desventajas?
La principal: es de corto alcance. Lo hemos dicho: esta tecnología inalámbrica basa su funcionamiento en la luz visible. En tanto, se verá limitada por los obstáculos que la intercepten. Por ejemplo, muros y techos. Además, el punto Li-Fi debe encontrarse a una distancia no mayor a los 4 o 5 metros. Es, en tanto, de menor alcance que el Bluetooth.
Además, hay que tener en cuenta que la conexión Li-Fi se cortará cuando no haya visión con el emisor. En línea con lo señalado, cualquier intercepción física afecta la calidad de la señal.
¿Qué falta para que sea adoptado masivamente?
Conforme evoluciona esta tecnología, los componentes se miniaturizan y la industria se acopla a ella; se espera que se vuelva más accesible. La perspectiva es que los elementos necesarios para su uso —tanto las bombillas LED especiales, como el receptor para los dispositivos— sean más económicos en un futuro cercano.
En este contexto, la organización Li-Fi Alliance se postula como un émulo de la Wi-Fi Alliance, con el objetivo de conseguir avances en el despliegue de esta tecnología basada en la luz.
La publicación del estándar Li-Fi IEEE 802.11bb, que estaba previsto para este año y se ha confirmado, es sin dudas un movimiento relevante para esta tecnología. Tiene mucho para ofrecer y crecer. Eso sí: no arrasará con el Wi-Fi, el 5G o las redes cableadas. En cambio, será una alternativa en escenarios específicos.