El bloque oficialista, formado por Morena, PT y PVEM, ha salido a la caza de los tres legisladores que le den la espalda a la oposición y completen la mayoría calificada en el Senado que requieren para consumar la aprobación de la reforma judicial. Con ello, el fantasma de la traición ha aparecido en el escenario opositor. Los dos primeros tiros parecen apuntar a Araceli Saucedo Reyes y Jesús Sabino Herrera, los únicos sobrevivientes del PRD en la Cámara alta que han llegado como primera minoría a una bancada sepultada tras la pérdida del registro, consecuencia de los desastrosos resultados electorales del 2 de junio. Los perredistas de Michoacán y Tabasco llegan en la orfandad, siendo presa fácil para el cambio de color. A las especulaciones se ha sumado Manuel Velasco, el coordinador de los senadores del Verde, que ha asegurado que el bloque oficialista ya cuenta con los tres votos y más para aprobar la enmienda a la Constitución.
En medio de las elucubraciones, la intempestiva huida este lunes de los dos perredistas al salir del Senado para no responder a las preguntas de los periodistas sobre el sentido de su voto no ha hecho más que elevar las suspicacias. Jesús Zambrano, aún presidente del desahuciado PRD, salió de inmediato a dar un mensaje en redes sociales. “Se han acentuado las versiones en el sentido de que ya se comprometieron con el Gobierno. Ténganlo por seguro compañera y compañero que un enorme sector de la sociedad les reconocerá su congruencia y valentía. Recuerden, es por México, por los valores democráticos y de justicia social por los que hemos luchado durante tantos años, tenemos confianza en que actuarán congruentemente”, dijo el debilitado caudillo del partido del sol Azteca.
Sin embargo, durante su registro en la sede del Senado, los legisladores electos han preferido recurrir a técnicas de escapismo antes de responder si darán los votos que faltan a la reforma judicial. “Sin comentarios”, ha dicho Saucedo Reyes, mientras sube rápidamente a su camioneta. Su correligionario se ha limitado a sonreír y emprender la huida, ambos han esquivado los cuestionamientos de los medios de comunicación.
El reparto que el Instituto Nacional Electoral (INE) ha hecho de los escaños plurinominales, a expensas de confirmarse o no por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, da al oficialismo 83 diputados. Con ello se colocan solo a tres votos de los dos tercios del Senado, indispensables para la aprobación de reformas a la Carta Magna. De ahí la importancia de conseguirlos a toda costa. “No nos faltan”, es la respuesta que Velasco ha dado este lunes. “Ahí lo van a ver”, añadió el exgobernador de Chiapas, elevando la desconfianza entre los opositores. No se ha quedado ahí. Velasco, próximo senador, ha sostenido que el acuerdo con los opositores tiene el 99,9% de posibilidad de concretarse con más de tres.
Predomina la incertidumbre en el Senado a escasos días de que inicie la nueva Legislatura, el 1 de septiembre. El pleno de la Cámara de Diputados será el primero de los dos órganos legislativos por el que pase la reforma judicial la primera quincena de septiembre. Ahí el bloque oficialista con 364 diputados tiene votos de sobra para aprobar la enmienda sin necesidad de negociar con la oposición. Después la cancha estará en el Senado. De los 128 escaños, Morena y aliados cuenta con 83. Están a tres votos de hacer modificaciones constitucionales sin cortapisas. Esos votos solo pueden estar en cuatro partidos: PAN, PRI, MC y PRD. De todos pueden salir los desertores de la golpeada oposición.
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