López Obrador asumió el poder en 2018 con una promesa clara: terminar la violencia en México. “Se acabará la guerra; construiremos la paz y buscaremos la hermandad entre todos los mexicanos”, afirmó.
Sin embargo, seis años después, su administración se perfila como una de las más violentas de la historia reciente de México, con casi 200 mil homicidios reportados.
A pesar de estos números alarmantes, AMLO defiende su estrategia de seguridad, afirmando que "la paz es fruto de la justicia" y que su plan ha evitado la represión y las masacres. Pero, ¿qué tan efectiva ha sido realmente su política de "abrazos, no balazos"?
La Creación de la Guardia Nacional
Una de las principales apuestas de López Obrador fue la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad que prometió sería la respuesta a la violencia en el país. Sin embargo, este cuerpo, que originalmente sería liderado por civiles, pasó a estar bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), generando críticas sobre la militarización de la seguridad pública.
Desde su creación en 2019, la Guardia Nacional ha sido blanco de críticas por su efectividad limitada y varios casos de violaciones a los derechos humanos. Organizaciones como Causa en Común han señalado que la militarización no ha reducido la violencia, sino que en algunos casos ha aumentado las tasas de homicidios en los estados donde la Guardia opera.
Cifras de Homicidios en el Sexenio de AMLO
A lo largo de su mandato, los homicidios han seguido siendo una constante. Según el reporte de TResearch, el promedio diario de homicidios durante su administración ha sido de 95 personas asesinadas por día, lo que se traduce en un total de 198 mil 571 homicidios hasta septiembre de 2024.
Si bien AMLO ha presumido una ligera reducción en la tendencia al alza de homicidios que comenzó durante el sexenio de Felipe Calderón, la realidad es que los números son innegables: su administración ha sido más violenta que la de Enrique Peña Nieto, con 40 mil 948 asesinatos más que su predecesor.
"Abrazos, No Balazos": ¿Una Estrategia Fallida?
Desde su campaña, López Obrador ha defendido su política de "abrazos, no balazos", argumentando que la violencia no puede combatirse con más violencia. A pesar de las críticas de opositores y expertos en seguridad, AMLO ha mantenido esta postura, afirmando que su enfoque se centra en atacar las causas de la delincuencia, como la pobreza y la marginación social.
No obstante, la realidad es que la violencia no ha cesado. Estados como Sinaloa y Chiapas siguen siendo epicentros de enfrentamientos entre grupos criminales, y la captura de líderes del narcotráfico como Ismael Zambada García ha desatado nuevas oleadas de violencia.
La Continuidad de Sheinbaum
A medida que el sexenio de López Obrador llega a su fin, Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, ha prometido continuar con las políticas de su predecesor, lo que plantea dudas sobre si habrá un cambio real en la estrategia de seguridad del país.
Si bien AMLO ha destacado que su administración no ha reprimido al pueblo ni ha permitido masacres, la tasa de impunidad del 97% en crímenes violentos muestra que el sistema de justicia en México sigue siendo ineficaz.
Conclusión
A pesar de las promesas de paz y justicia, el legado de seguridad de AMLO estará marcado por la violencia y los casi 200 mil homicidios que ocurrieron bajo su mandato. La militarización de la seguridad pública y la falta de resultados concretos han dejado a muchos mexicanos con más preguntas que respuestas sobre el futuro de la seguridad en el país.
